EL PAíS
› REAFIRMA ECONOMIA QUE NO HABRA
NUEVA OFERTA PARA LOS QUE NO ENTRARON
Ahora vienen por la reapertura del canje
Guillermo Nielsen acusó al Fondo Monetario de pecar de “facilismo burocrático, miopía ideológica y planteos absurdos”. Fue durante un encuentro con banqueros en el que el secretario de Finanzas descartó toda posibilidad de nuevo acuerdo con los bonistas que no entraron al canje. “No nos vamos a mover.”
› Por Claudio Zlotnik
Fortalecido por la importante adhesión al canje de la deuda, el Gobierno volvió a jugar fuerte. A pocas horas del encuentro en Washington entre Roberto Lavagna y el titular del Fondo Monetario, Rodrigo Rato, Economía descartó la reapertura de la operación para permitir el ingreso de los acreedores que rechazaron la oferta. Justamente, éste será uno de los reclamos que escuchará el ministro de boca de Rato. “El FMI está signado por el facilismo burocrático”, disparó Guillermo Nielsen, secretario de Finanzas, quien acompañará al ministro en el viaje hacia la capital estadounidense. Cerrada la reestructuración, va quedando explícito el tenor de la pelea que se viene con el organismo.
La intervención pública de Nielsen tiene relevancia porque salió al cruce de los cuestionamientos que aparecieron en los mercados financieros y en los organismos internacionales no bien se informó el resultado del canje. Con más del 76 por ciento de aceptación, ahora la presión es para que el Gobierno reabra la operación. El argumento de los financistas radica en que la salida del default se concretará recién cuando se reestructuren los 20.000 millones de dólares en bonos que permanecen al margen del canje.
El Gobierno lo descarta. Y Guillermo Nielsen fue el encargado de dar a conocer la inflexible postura oficial. No sólo eso. El número dos de Lavagna realizó un encendido discurso con fuertes críticas al FMI, que prenuncian una nueva pulseada con el organismo al rojo vivo. El secretario de Finanzas también aprovechó para criticar con dureza a los “gurúes” de la city que pronosticaron, otra vez en forma fallida, el fracaso de la reestructuración. Su auditorio estaba compuesto por economistas y financistas invitados a un seminario organizado por el Deutsche Bank.
A escasas horas de la reunión con Rato, Nielsen dejó en claro que el Gobierno se siente fortalecido después del canje. Y que esa posición de poder se reflejará frente a su interlocutor de mañana en Washington. El funcionario dedicó varios párrafos de su largo discurso a criticar al FMI. “No es sorprendente que la miopía ideológica haya demorado este proceso más de la cuenta y que nos hayamos visto obligados a perder energía y tiempo lidiando con estructuras y, sobre todo, con pedidos absurdos”, dijo en un momento.
En otra parte dio a entender que el Fondo perdió la misión para la que fue creado y que, a cambio, “los aspectos fundacionales han sido desplazados por decisiones signadas por el facilismo burocrático”. Más tarde habló de “muchas y muy variadas contradicciones” ya que desde la comunidad financiera internacional se priorizó el nivel de aceptación al canje por encima de lo que la Argentina está en condiciones de pagar sin caer en otra crisis. “Nuestro objetivo fue hacer coincidir sustentabilidad y aceptabilidad”, definió. Finalmente, en su cuestionamiento, Nielsen reclamó cambios drásticos en la actitud del FMI “para evitar que las crisis futuras se prolonguen amplificando la destrucción de valor y demorando las recuperaciones”.
Durante su discurso, Nielsen dio cuenta de la estrategia respecto de los bonistas que rechazaron la propuesta. Y ante una pregunta directa del economista jefe del Deutsche, Gustavo Cañonero, dijo que, tras la aprobación de la “ley cerrojo”, el tema de la deuda quedó en las manos exclusivas del Congreso. “Yo no veo que exista vocación de reabrir el canje. No existe esa posibilidad”, aseguró el funcionario.
El estrecho colaborador de Lavagna recordó la existencia de una cláusula por la cual la Argentina se comprometió a utilizar el dinero que no les pagará a los bonistas que no aceptaron la oferta. Con esos fondos se comprarán bonos en el mercado, operación que debería traducirse en una suba de los precios. Esa cláusula, en definitiva, beneficiará a los acreedores que entraron al canje. Si ahora se reabriera la operación se estarían modificando las condiciones del canje y es por ese motivo que Economía se niega a hacerlo. “Argentina necesita recuperar credibilidad. No nos vamos a mover de esto. Nuestra credibilidad reside en no ceder”, sentenció Nielsen.
Incluso, Nielsen fue más allá en sus argumentos. Aseguró que, a diferencia de lo sucedido en otros default soberanos, esta vez el Gobierno evitará sellar un acuerdo con los que rechazaron el convite (conocidos como holdouts en la jerga financiera) porque sería económicamente insostenible.
El funcionario puso a Perú como ejemplo. Cuando ese país cerró su canje se avino a cerrar trato con los fondos buitre que poseían una parte marginal de los bonos, con tal de que la demanda no trabase la reestructuración. Distinto es el caso argentino, donde el rechazo llegó al 24 por ciento de los bonistas. En el caso de que el Congreso la habilitara, una mejora de la oferta involucraría también a quienes ya canjearon sus títulos. “No se puede simultáneamente ofrecer lo máximo posible –como hicimos nosotros– y atender a los holdouts. O una cosa o la otra”, remató Nielsen para que no quedaran dudas entre sus interlocutores.
Otro punto relevante abordado por el funcionario fue el de la posibilidad de embargos. Nielsen fue categórico: “No hay activos embargables”, aseguró. Sugirió que, tras las privatizaciones, los acreedores están vedados de embargar un avión de Aerolíneas, un barco de ELMA o la sede de una empresa, como YPF, que opera en diversos países.
También aseguró que existen distintos fallos judiciales a nivel internacional que impiden el embargo de los pagos de la deuda. Nielsen contó que un fallo en Bélgica, que luego reforzó el propio parlamento de ese país, ponen freno a la interferencia de esos giros. Y recordó que hubo manifestaciones de la Reserva Federal estadounidense y del Departamento del Tesoro de ese país que se pronunciaron en ese mismo sentido.
Nielsen señaló que la reestructuración de la deuda será un caso de estudio académico por su magnitud y complejidad. Aunque se esforzó por dejar en claro que no se trataba de un ejemplo a seguir para otros países. “Pasamos de ser un emisor estrella a un leproso internacional”, figuró. Y completó: “Estamos nuevamente frente a una página en blanco”. Mañana, en Washington y cara a cara con Rato, empieza la pelea para llenar esa página virgen.
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