No importa si concurren a una primaria o cursan la Educación General Básica (EGB): hasta sexto grado todos los chicos del país deberán aprender determinados contenidos comunes más allá de cómo se llame la escuela en la que estudien y el lugar donde viven. Así lo estableció el Consejo Federal de Educación, al aprobar ayer los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios (NAP) que completan el conjunto de saberes que todo alumno debe haber adquirido antes de comenzar el séptimo grado.
“Lo que planteamos es no dejar los criterios para pasar de grado librados sólo a la subjetividad de los docentes, que es muy distinta según el nivel socioeconómico de los chicos. La idea es que haya un nivel común para todo el país que tienda a generar condiciones de igualdad”, destacó a Página/12 el ministro de Educación, Daniel Filmus.
Los NAP que aprobó el Consejo Federal de Educación corresponden a cuarto, quinto y sexto grado, o sea, son los que corresponden al Segundo Ciclo de la EGB, pero son aplicables tanto en aquellas jurisdicciones que tienen la estructura establecida en la Ley Federal de Educación, como en las que mantienen vigente la escuela primaria. Los contenidos prioritarios correspondientes al nivel inicial y los primeros grados de la primaria/EGB ya habían sido aprobados a fines del año pasado.
El diseño de una serie de contenidos comunes que todos los chicos del país deben aprender, al margen de los cuestiones propias de cada cultura local, es algo en lo que los funcionarios del Ministerio de Educación nacional vienen trabajando desde hace tiempo. La tarea desplegada para la elaboración de los NAP no se limitó a lo estrictamente educativo, sino a generar también las condiciones políticas que hicieran posible su aprobación. No por nada desde la cartera que conduce Filmus subrayan que hasta ahora fueron aprobados en forma unánime por los ministros de Educación provinciales que congrega el Consejo Federal.
La aplicación de los NAP apunta a revertir los dos problemas centrales que presenta el sistema educativo, que son la fragmentación y la desigualdad. “La fragmentación proviene de la aplicación desigual y diferente de la Ley Federal de Educación y la desigualdad surge de las condiciones con que los chicos llegan a la escuela y la expectativas que los docentes tienen respecto de su rendimiento, además de los materiales con que cuentan para desempeñar su tarea”, explicó Filmus y agregó que eso ha llevado a que se perdieran “los parámetros de lo que hay que enseñar y aprender”.
El modo en que los ministros de Educación se proponen revertir ese cuadro es empezando a “homegeneizar” los aprendizajes de los chicos para avanzar después en la búsqueda de herramientas que permitan poner fin al desorden estructural que generó la libre aplicación de la Ley Federal. Eso llevó, sin ir más lejos, a que en la ciudad de Buenos Aires siga habiendo escuelas primarias y en la provincia –con sólo cruzar la General Paz– funcionen EGB. “Por ahora no podemos homegeneizar los nombres, pero sí lo que los chicos aprenden –precisó Filmus–, mientras buscamos mecanismos para ir homogeneizando las estructuras.”
Las autoridades educativas avanzarán ahora en el diseño de los NAP más allá de sexto grado, aunque esa tarea resultará más compleja que la realizada hasta el momento justamente por las disparidades que en materia de estructura presenta cada jurisdicción. De hecho, lo que acordaron los ministros de Educación es trabajar puntualmente en una primera etapa con los contenidos correspondientes a séptimo grado porque sirven tanto para aquellos lugares donde funciona la EGB, como para los que mantienen el primario.
El Ministerio de Educación prevé empezar a distribuir a mediados de año en todo el país material de trabajo y cuadernillos de capacitación para maestros y padres sobre los NAP aprobados ayer, similares a los que se repartieron para informar de los contenidos de los primeros años.