Alfredo Avelín continuará siendo, por ahora, gobernador de San Juan. Al cierre de esta edición había un consenso en la Legislatura provincial para no iniciarle el juicio político, lo que hubiese significado su inmediata suspensión. Avelín se beneficiaría con la abstención del PJ, que busca evitar las elecciones anticipadas, y el bloquismo, antiguo aliado del mandatario. “Los hechos denunciados son realmente muy graves, el problema es que hay un grado tan alto de fragilidad institucional que suspenderlo sólo empeoraría las cosas”, explicó a Página/12 el diputado justicialista Francisco Alcoba.
El gobierno provincial viene tambaleando desde hace meses debido a la crisis financiera y al conflicto social protagonizado fundamentalmente por la protesta de los empleados públicos que no cobran desde hace meses. Fue así como se terminó de quebrar la Alianza (formada por el bloquismo, el radicalismo, y la Cruzada Renovadora), que había llevado a Avelín a la gobernación. El proceso contra el mandatario comenzó en marzo, cuando algunos caceroleros pertenecientes al colectivo de Ciudadanos Argentinos Independientes (CAI) lo denunció porque “no garantizó la paz social y el orden público”, tal como lo había prometido en su discurso de asunción, en 1999. Para que se concretara la suspensión del gobernador, la sala acusadora de la Legislatura, formada por la mitad de los diputados, debía aprobar ayer la acusación.
Frente a esta situación el justicialismo prefirió sostener a la gestión hasta que se cumpla el mandato debido a que, según ellos, la suspensión del gobernador terminaría en una intervención de la provincia: una opción nada apetecible para un Estado nacional que ya tiene demasiados problemas como para hacerse cargo de una provincia quebrada. “Hoy no tenemos un mango”, afirmó ayer un ministro a Página/12, para explicar el porqué de la “ayudita” a Avelín. La noche del jueves el ministro del Interior, Jorge Matzkin, se comunicó con el senador José Luis Gioja, presidente del PJ sanjuanino, para frenar el conflicto en la provincia.
Sin embargo, el panorama recién estuvo claro ayer por la noche, mientras se desarrollaba la sesión. “A diferencia de principios de la semana, hoy la provincia ha sido una convulsión de versiones, un ida y vuelta como en un partido de fútbol. No tenemos una idea clara de lo que puede llegar a pasar”, graficó, desconcertado, un hombre cercano al gobernador antes de la votación. A las 17 comenzó la sesión donde la comisión investigadora, formada por 5 diputados, leyó los dictámenes con la información recabada. Aunque al cierre de esta edición no habían terminado las exposiciones, por lo menos 3 de ellos proponían el juicio político del mandatario.
Pero, tanto desde el justicialismo como desde las cercanías del gobernador, afirmaban que la votación sería contraria al juicio político. “La situación en San Juan es gravísima debido a la inacción de la gestión actual, sin embargo las acusaciones no cuadran dentro de las causas que ameritan el juicio político: incapacidad física o mental, delitos comunes o incumplimiento de los deberes de funcionario público. Esta incapacidad de gobernar debe ser juzgada por la gente en las elecciones”, explicó Alcoba a este diario. Y argumentó que “nosotros vamos a denunciar estas cosas y vamos abstenernos en la votación: vamos a condenar al oficialismo a seguir gobernando”. Anoche, en el entorno del gobernador se respiraba cierto alivio cuando comenzó a trascender que el bloquismo se abstendría en la votación. “Todo hace parecer que tanto el PJ como el bloquismo se abstendrán de aprobar la acusación. Todo esto ha sido una inmensa bola de nieve que fue creciendo desde principios de la semana”, declaró un colaborador de Avelín, y aseguró que “con la suspensión del gobernador no ganaba nadie”. Al cierre de esta edición todo indicaba que los únicos que se mantendrían firmes en la decisión de votar la acusación era un sector del radicalismo, encabezado por la jefa del bloque, la diputada Papano.
Informe: Alejandro Gaggero