El juicio contra el represor Ricardo Miguel Cavallo ya tiene fecha de inicio: 17 de octubre. Ese lunes comenzará en Madrid el segundo proceso contra un militar argentino acusado de violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura. Cavallo, conocido por sus víctimas como “Sérpico”, deberá sentarse en el banquillo ante los mismos jueces que condenaron a 640 años de prisión a su ex compañero de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) Adolfo Scilingo.
Cavallo fue detenido el 24 de agosto de 2000 en Cancún, mientras intentaba escapar hacia Argentina luego de que el diario mexicano Reforma revelara su pasado. El represor vivía en México como un próspero empresario y era director del Registro Nacional de Vehículos (Renave). Cuando se enteró de que su foto estaba en la tapa del periódico y que había sido reconocido por sus víctimas, intentó fugarse y su destino era Buenos Aires, donde las leyes de obediencia debida y punto final lo amparaban. Pero el vuelo que se había tomado en la Ciudad de México hizo una escala en Cancún y allí fue arrestado por Interpol.
Garzón solicitó la extradición de Cavallo el 12 de septiembre de 2000, pero el trámite duró tres años. El juez español acusó al marino argentino por genocidio, terrorismo y torturas. Y puntualmente lo procesó por 248 desapariciones y 128 secuestros, 16 de mujeres embarazadas que dieron a luz en la ESMA. “Asimismo debe resaltarse que por la integración de Ricardo Miguel Cavallo en el grupo de tareas 3.3.2. entre los años 1976 y 1979 y la responsabilidad desempeñada, le son imputables todos y cada uno de los hechos producidos en esa época y que se refieren a secuestros, muertes, desapariciones y torturas, dada la estructuración jerárquica y militarizada de la ESMA que imposibilitaba de hecho la integración en la misma y el desconocimiento de las actividades ilícitas”, definió Garzón.
La estrategia de Cavallo consistió en pedir que lo trajeran a Buenos Aires. Esa solicitud se mantuvo aun después de que la Corte Suprema anulara las leyes de punto final y obediencia debida. Sin embargo, la Justicia argentina nunca hizo lugar al reclamo de Cavallo. Por otra parte, el proceso en España siempre estuvo más avanzado que las investigaciones en el país que podían involucrar a Cavallo.