Elena Highton de Nolasco, la primera mujer que llegó a la Corte Suprema en democracia, podría convertirse en la próxima vicepresidenta del tribunal cuando Augusto Belluscio deje su cargo el mes que viene. Al menos hasta ahora, todas las conversaciones entre los supremos van encaminadas a consagrar a esta jueza en el puesto. La decisión final será tomada en el plenario del 30 de agosto.
El principal impulsor de la candidatura de Highton de Nolasco es el presidente de la Corte, Enrique Petracchi, y en las últimas reuniones la mayoría de sus pares se mostró conforme con el posible nombramiento, según relataron allegados al tribunal a Página/12. A diferencia de Belluscio, Highton no encabezaría el jurado de enjuiciamiento sino que esa tarea quedaría delegada, al menos hasta fin de año, al ministro Juan Carlos Maqueda. Durante ese lapso, el jury no tendría demasiada actividad.
Calladita, desde que fue nombrada por Néstor Kirchner en junio de 2004 luego de pasar el examen público, Highton se convirtió en una mujer clave en el manejo de algunos temas sensibles en la Corte. Fiel a su especialidad en mediación, accedió desde fines del año pasado a actuar como nexo en las negociaciones con el Poder Ejecutivo para conseguir más presupuesto. Logró que la Jefatura de Gabinete –con quien tiene muy buen diálogo– le recortara partidas al Consejo de la Magistratura y se las diera a la Corte para que ésta pudiera conceder un aumento salarial del 30 por ciento a los jueces, que un sector de los consejeros se negaba a dar por considerarlo poco equitativo. Ahora, con el pedido de 1500 millones que hizo el tribunal esta semana se abre un nuevo capítulo de conversaciones.
Highton, ex camarista civil con treinta años de carrera judicial, es la ideóloga, además, de una nueva dependencia que tendrá la Corte y que se especializará en atender casos de violencia doméstica de Capital Federal. El proyecto prevé la creación de 104 cargos, entre empleados con formación jurídica, psicólogos y asistentes sociales. La idea de instalar semejante estructura ya generó nuevos roces con el Consejo.
Belluscio presentó su renuncia a la Corte en junio, con el argumento de que cumpliría 75 años, el tope de permanencia que prevé la Constitución para los supremos. Señaló, además, que no quería beneficiarse con un fallo que él mismo firmó, que permitió la continuidad de Carlos Fayt cuando superó la edad de jubilarse. A Belluscio le quedan pocos plenarios por delante. En el último se concretará la votación para definir quién lo sucederá en la vicepresidencia. A Petracchi, la posibilidad de que sea Highton lo seduce por su perfil laborioso y dialoguista –un aspecto que el Gobierno reclama profundizar– sino por tratarse de una mujer.
En septiembre serían dos las vacantes en la Corte, ya que es probable que el Senado resuelva la destitución de Antonio Boggiano, el último sobreviviente de la mayoría automática menemista, que ahora está suspendido en sus funciones. Según el decreto que regula el sistema de designación de los jueces, el plazo para nombrar un reemplazante de Belluscio vencería a mediados de octubre. Sin embargo, cerca de Kirchner informan que la postulación de nuevos candidatos quedaría postergada para después de las elecciones. Uno de los nombres en danza, con un perfil más político que las designaciones previas, es el de León Arslanian, quien reconoció a este diario que el presidente le ofreció la toga. Otro, que alientan en tribunales, es el del constitucionalista Ricardo Gil Lavedra.