EL PAíS
› EN LA ONU, KIRCHNER CRITICO AL FMI Y SE TOPO CON SU DIRECTOR
Otro Rato con el enemigo favorito
El Presidente utilizó el ámbito de las Naciones Unidas para resaltar los logros de su gestión y criticar el rol de los organismos financieros. Casualmente, se cruzó allí con el titular del FMI, Rodrigo Rato, a quien le reclamó la falta de apoyo. Rato aclaró luego que no hay negociaciones abiertas por pedido del gobierno argentino.
› Por Sergio Moreno
Desde Nueva York
Toda la jornada de ayer fue utilizada por el presidente Néstor Kirchner para exponer y gestualizar su confrontación contra el Fondo Monetario Internacional, su rol y desempeño como organismo que nació para prever y evitar crisis económicas. Kirchner tuvo un encontronazo, cordial pero firme, con el titular del organismo financiero, el español Rodrigo Rato, a quien reclamó mayor apoyo para la Argentina. En un diálogo de 15 minutos, en los pasillos de la ONU, el argentino casi monologó sobre los desaciertos del FMI y los palos que pone en la rueda de la recuperación económica criolla. Momentos después, el canciller Rafael Bielsa leyó un discurso en la Reunión sobre Financiamiento para el Desarrollo, en el recinto de Naciones Unidas. Por la tarde, fue el propio Presidente quien, ante la Asamblea General, le puso nombre y apellido a su contrincante. “En el proceso de expansión (de la Argentina) no contamos con el FMI, que sí apoyó y financió hasta semanas antes del colapso el régimen de convertibilidad”, dijo en su discurso.
La mañana comenzó movida. Casualmente, en los pasillos de la ONU, camino al recinto de sesiones, Kirchner se había encontrado con Rato. El español debía exponer también en el foro de financiamiento para el desarrollo que en las Naciones Unidas. Kirchner, según confiaron fuentes del Gobierno, le dio la mano y, antes de que se le borrase la sonrisa, le reclamó la falta de solidaridad y de apoyo que el organismo que preside tiene hacia la Argentina. Rato dijo que la apoyaba. Kirchner retrucó con que, a pesar de los buenos indicadores socioeconómicos que viene teniendo el país, el Fondo no hace más que presionar con condiciones que retraerían dicho crecimiento. El encuentro casual le vino al pelo al Presidente, quien utiliza este foro como escenario ideal de la exposición de sus ideas y deseos de reformulación de la ingeniería de los organismos financieros internacionales.
Por la tarde, cuando un grupo de periodistas abordó al titular del Fondo, Rato prefirió el camino de una “aclaración” a la confrontación directa. Dijo que “no hay negociaciones ahora mismo, estamos en un diálogo pero no en una negociación, por petición del propio gobierno argentino”.
La posición argentina, expuesta tanto por Kirchner como por su mujer, Cristina Fernández, y el canciller, guardan sintonía con la avanzada pro reforma de las instituciones internacionales multilaterales: el FMI, básicamente, y la ONU (aunque en este caso, el gobierno no lleva ninguna prisa). Respecto del Fondo, los gobernantes argentinos cuentan con varios argumentos a su favor: pueden exponer, y así lo hicieron en cada oportunidad que han tenido en Nueva York, que la Argentina acumula un crecimiento económico alto y sostenido, que han descendido los más vergonzosos indicadores sociales, que se ha renegociado la deuda en default siguiendo el camino contrario al propuesto en su momento por el organismo financiero.
Eso le dijo Kirchner a Rato, a la vez que le solicitó un cambio de actitud y un apoyo decidido. La versión de un testigo del encuentro, funcionario él, sostiene que Kirchner, en buenos términos, le reprochó el apoyo que le dio su organismo a Fernando de la Rúa, a pesar de que el FMI sabía hacia dónde se encaminaba la economía argentina, y que ahora que todos los indicadores socio-económicos argentinos ofrecen buenos resultados, el Fondo no sólo retacea su respaldo, sino que sigue solicitando medidas que serían adversas para este crecimiento.
Según el vocero, Rato replicó que su entidad apoya los esfuerzos argentinos, pero Kirchner lo cortó amablemente recordándole que su defensa de los bonistas que no aceptaron la propuesta argentina y el pedido de elevación del superávit y otras delicias interponían escollos en la recuperación criolla. “Argentina está cumpliendo con sus compromisos, el FMI traba la ayuda a la Argentina”, dijo el Presidente.
La tenida, que terminó en impuestas sonrisas, duró unos 15 minutos. A apenas un metro y medio, Bielsa, José Pampuro, Carlos Zannini, Miguel Núñez y el embajador ante la ONU, César Mayoral, escuchaban con toda la discreción que pudieron imponer al instante, un tanto tenso.
En momentos iba a comenzar la conferencia sobre financiación para el desarrollo, eufemismo que significa algo así quién, cómo y cuánto se paga para salir de la pobreza a escala universal. Bielsa tomó el lugar de orador que debía ocupar el Presidente. La noche anterior, Kirchner le había dicho que sería él quien hablase en el foro. “Vos vas a tener que competir en las elecciones, vos sos el candidato, no yo”, le dijo. Soldado al fin, el canciller encaró su tarea con entusiasmo; además de exponer en el recinto, salió a conversar con la prensa en los jardines de las Naciones Unidas (ver aparte).
Por la tarde fue el turno del patagónico ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Kirchner leyó un discurso donde se dio el gusto de exponer lo que había hecho su gobierno en materia económica, social y educativa y de leer indicadores favorables. Fue la revancha que tuvo: desde hace dos años el Presidente viene exponiendo sobre la gravedad de la crisis argentina y la deuda externa; ayer pudo mostrar una serie de mejoras que se hicieron a contracorriente de lo que venía pidiendo el Fondo Monetario.
El discurso fue una pieza más para profundizar la corriente de antipatía que crece en el mundo hacia el organismo financiero. Más allá de la obligada cita a la soberanía argentina de las islas Malvinas (que ocupó la parte final de la exposición), la economía y la situación social ocuparon el espacio central, después de las críticas al enemigo preferido. A continuación, los tramos salientes:
- “El predominio del componente ideológico en las políticas de los organismos internacionales de crédito es también preocupante. El enfoque ortodoxo que se le quiere dar al tema de la deuda, un enfoque este que ha mostrado sus falencias e ineficacia y que ha agravado las condiciones de la pobreza en el mundo en desarrollo, es quizás el punto donde más se evidencia el predominio de ese componente”.
- “La Argentina está logrando con grandes esfuerzos retomar la senda del desarrollo y ha alcanzado un importante y sostenido crecimiento de su economía, a la vez que ha logrado reducir de manera significativa los índices de desocupación, de pobreza e indigencia”.
- “Lamentablemente, en este proceso no contamos con el apoyo del FMI, que sí apoyó y financió hasta semanas antes del colapso el régimen de convertibilidad. Durante la crisis, Argentina realizó pagos netos del orden de los 13.500 millones de dólares”.
- “Pensamos que las finanzas internacionales son demasiado importantes para quedar en manos de intereses concentrados que afectan la estabilidad de los mercados, discriminan contra los inversores más pequeños y generan políticas pro cíclicas. Por ello, hemos propuesto modificaciones que aumentan la transparencia del sistema financiero internacional que liberen a estos organismos de ciertos lobbies financieros que den mayor estabilidad al flujo de capitales”.
- “No hay en esto ideología ni política. Mostramos hechos concretos que demuestran que estos organismos financieros no cumplieron con el papel que deben tener”.
El Presidente también habló de la defensa de los derechos humanos, de la estabilidad democrática, repudió el terrorismo y destacó el rol de las mujeres, a la vez que apoyó las reformas a la ONU y sostuvo la idea de multilateralismo. No obstante, el eje central fue su cuestionamiento al Fondo Monetario, a su funcionamiento y al rol global que está cumpliendo. Fue una jornada de batalla, contra un enemigo con el que a Kirchner no le disgusta confrontar.
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