EL PAíS
“No estoy de acuerdo con que haya piquetes cada cinco minutos”
Hebe de Bonafini es explícita en su apoyo al Presidente y también en su rechazo a figuras de su gabinete que ve como “menemistas, oportunistas”. Las diferencias con Chávez, la desilusión con Lula, las razones para rechazar que se identifiquen y recuperen los restos de desaparecidos.
› Por Martín Piqué
Hebe de Bonafini abre una puerta lateral de la Universidad de las Madres. Tiene el cabello corto, no lleva pañuelo y viste ropa informal. Cuando aparece en la puerta, dos jóvenes –uno atiende en la librería, otra es moza de bar– la saludan con naturalidad. Bonafini camina por un pasillo hasta su oficina. La pared está llena de fotos, algunas difíciles de pasar por alto. Se ven a Hugo Chávez, Fidel Castro, el ex premier sueco Olof Palme, socialdemócrata, que ayudó a los exiliados tras el ’76, luego asesinado. Una foto más reciente se destaca sobre las otras: muestra a Néstor Kirchner en la Casa Rosada y al lado está la propia Hebe con otras Madres. “Es la primera vez que tengo la foto de un presidente argentino en mi despacho”, admite la anfitriona.
El detalle tiene significación política. “Este presidente hizo cosas que no hizo nadie. Ni siquiera Tabaré, ni siquiera Lula. Más que lo que hizo, valoro lo que dijo con respecto a nuestros hijos. Que eran sus compañeros”, dice. En la entrevista con Página/12 volverá más de una vez al tema. Quiere explicar su posición sobre Kirchner, al que diferencia de Carlos Menem, Eduardo Duhalde y Fernando de la Rúa y al que le reconoce méritos. También lo cuestiona y por aspectos centrales de la gestión.
–¿No le preocupa quedar ahora en lugar de moderación?
–No soy moderada, para nada. Fui la única que lo criticó por la represión en la Rural. Y fuimos las únicas que hicimos ayuno por los presos de la Legislatura. Lo único que entendí es que éste es otro momento político. Y lo entendí desde Fidel o Chávez, que no hablan pavadas.
Cuando llega el fotógrafo, aparece el pañuelo blanco. “En las fotos quiero salir siempre con él”, explica. Con el mismo pañuelo se la ve en una foto de hace un año. Está al lado de Chávez, de camisa roja, en un barrio de monoblocks de Caracas, el 26 de enero, durante el referéndum que decidía su continuidad. El presidente venezolano votó en una escuela de ese lugar. “Chávez es muy avanzado, y tenemos claro que Kirchner no es socialista. Eso lo tenemos claro.”
–¿Y Chávez?
–Chávez sí. Ya se tiró contra los Estados Unidos.
–En Venezuela la izquierda discute sobre Lula y Kirchner.
–No le digo que Kirchner sea Dios, pero está haciendo cosas que no hicieron los otros. Lo que más valoro es lo que dijo con respecto a nuestros hijos. Que eran sus compañeros. Para mí eso fue muy fuerte. Que el Presidente diga que nuestros hijos fueron sus compañeros es más fuerte que decir que nosotras somos sus madres. Fue mucho más reivindicativo. Lula sí se fue al diablo. Está mucho más caído que Kirchner y es una pena.
–¿Cómo es su relación con Kirchner?
–Tengo bastante relación con el Presidente y él también con las Madres. No se olvide que cuando hicimos ese documento tan duro, él me llamó y me dijo que estaba hablando con el jefe de policía y que iban a sancionar a todos los que habían estado en la represión.
–Les hizo un sumario.
–Sí. Habrá que ver cómo sigue. Porque nadie debe olvidarse de que en el país hay hambre. No me cabe en la cabeza un país donde Cargill, en el puerto de Rosario, carga con las mangueras el cereal a chorros, y lo que se pierde se lo comen las ratas y los pájaros, y a media cuadra está la villa con los chicos muertos de hambre. La gente cuando tiene hambre tiene bronca. Aunque hay cosas con las que no estoy de acuerdo.
–¿Con qué no está de acuerdo?
–No estoy de acuerdo con que haya piquetes todos los días, a cada rato y cada cinco minutos. Nadie está de acuerdo con eso. La gente está molesta. Vos vas a un lugar y no podés pasar. Vas a otro lugar y no podés pasar.
–Eso es sentido común, pero se supone que usted expresa a otros sectores.
–También tengo sentido común. El derecho a pedir comida es único. Pero que todo el día tengas un piquete por cualquier razón... eso es distinto. Muchos piquetes son para apoyar a tal o a cual, o a algo, y algunos ya se pasaron de rosca. No se puede cortar la calle por todo. Porque el exceso de piquetes desvirtúa la esencia del piquete, que es un reclamo por trabajo. ¿Por qué no van a cortar la calle a Pilar, a los countries?
–Para parte de la sociedad, los piqueteros son el enemigo público Nº 1.
–Yo no creo que son el enemigo público número 1. Porque éste es un país incendiado, en el que pasó el 19 y 20 de diciembre y pasó Cromañón. Pasaron demasiadas cosas en muy poco tiempo y falta mucho diálogo. La izquierda no entiende que es un momento político diferente. Está totalmente equivocada.
–¿Equivocada por qué?
–Salen a atacar al Presidente. Y es la izquierda que no saca votos. Es lo más grandioso que existe. Si me dijeras que es una izquierda unida, que se respetan unos con los otros, que armaron un partido y son la oposición, me parece bárbaro. Pero una izquierda que no saca votos no puede atacar todo el tiempo. Es una de las maneras del trotskismo: cuanto peor mejor.
–¿Qué es lo diferente del momento político?
–Este presidente hizo cosas que no hizo nadie. El acto en la Escuela de Mecánica de la Armada. Los acuerdos con Chávez, como el de los buques (la reparación de petroleros de Pdvsa en los Astilleros Río Santiago) es una maravilla. Trabajo para 2500 personas, algo impensado para Ensenada, que es donde yo nací. Estaba bastante difícil y sin embargo salió.
–Había lobby de algunos sectores privados.
–Estaba Duhalde en el medio tirando la soga para otro lado.
–¿Duhalde?
–Sí. Las coimas, los sectores privados. Esas reuniones con Chávez son positivas. Y Telesur, aunque Canal 7 no quiera poner lo que tiene que poner. Porque en Canal 7 hay muchos menemistas, todavía mandan allí.
–Será porque en el Gobierno hay muchos ex menemistas.
–¿Usted cree que alguien que fue menemista ahora es kirchnerista? Menemistas o duhaldistas, son oportunistas. Espero que tampoco se lo crea el Presidente, ¿no? Fuimos las primeras que le señalamos a Duhalde, Gustavo Beliz, Roberto Lavagna y Daniel Scioli. No bien pudimos dijimos “éstos no nos gustan”. Duhalde es la mafia, Don Corleone.
–¿Cristina Kirchner le tendría que pagar derechos de autor?
–No, nadie tiene propiedad de nada. Yo he denunciado a Duhalde como quien explotaba la droga, el juego y la prostitución. Al poco tiempo vinieron a mi casa a torturar a mi hija, recuerde. Cuando la torturaron a mi hija en mi casa a mí me fueron hablando en la semana que me iban a pegar en lo que más me dolía. Fue hace cinco años, en La Plata.
–¿Pudo investigar algo?
–No, nada. ¿Sabe por qué? Porque la causa está en la oficina de autores ignorados. Se murió ahí. Nadie quiso seguir.
–¿Su hija no tuvo ninguna pista?
–No. Llamaron a la puerta, ella preguntó quién era, le dijeron Telefónica, ella abrió, la embolsaron y le pegaron hasta que se cansaron. ¿Qué pista podés tener? Lo único que sabe es que en un momento hablaron por un handy y dijeron “basta”. Cortaron la cuadra, como en la dictadura. Cuando nosotros hablamos con el Presidente, hablamos de esas cosas. Todavía le falta Lavagna. Lo va a terminar sacando. Estamos esperando.
–¿Qué es lo que no le gusta de Lavagna?
–Nada. Es el tipo que negocia con el Fondo, el que está más atado.
–¿No es ingenuo pensar que sólo Lavagna quiere una buena relación con el FMI?
–Alrededor hay muchos leones. Para que no te coma este león, tenés que pelear con éste. Yo creo que el Presidente está en una jaula de leones.
–¿Y él que sería? ¿Un domador de leones?
–No. Ojalá. Pero no. Porque cuando a vos te meten en la jaula de leones no es en un circo. Te meten ahí cuando te van a comer. El Presidente se está defendiendo con lo que él puede. Pero le están haciendo muchas cosas.
Bonafini pasa de la actualidad política al recuerdo de sus compañeras, las tres Madres desaparecidas. “Azucena Villaflor era la única mujer que ponía el nombre, la dirección y el teléfono de su casa en los momentos más difíciles de este país. A Esther Ballestrino de Careaga le llevan a su hija, la torturan y la sueltan. Le dijimos que se fuera a su casa. ¿Qué nos contestó? ‘No, me quedo. Tenemos que quedarnos hasta que aparezcan todos.’ Y Mary Ponce nos mostraba a la Iglesia del Tercer Mundo.”
El hallazgo de los restos de Azucena la lleva nuevamente a la polémica. “Cuando la lucha se hace colectiva, cuando las Madres socializamos la maternidad, ataca el capitalismo. Exhumación de cadáveres de tu hijo: vos buscás tus muertos. Reparación económica por tu muerto, homenajes póstumos por tu muerto. Y te manda a la lucha individual. Cada uno ocúpese de lo suyo. Eso lo rechazamos. Hay dos Madres de la comisión que han aceptado ir a buscar los cadáveres de sus hijos. Pero no vamos a aceptar que el capitalismo nos mande otra vez a la lucha individual.”
–Francia está pidiendo que a Astiz lo trasladen a una cárcel común.
–En este país no se habla de que la Marina es la responsable del asesinato de las tres mejores mujeres que tuvo este país. Los primeros que sabían del secuestro eran éstos a los que ahora les hicieron un homenaje. Mister (Tex, ex secretario político de la embajada de Estados Unidos) Harris y (Raúl) Castro, el embajador en ese momento. Cuando fuimos con el marido de Azucena, nos dijo “ya tienen sus primeros mártires”.
–¿Eso dijo?
–Castro, el embajador en ese momento. Después Harris quiso homenajear a las Madres. Lo echamos. Porque era un tipo que te sacaba toda la información. Y nosotros, que éramos grandes boludas, le contábamos. Hay muchas cosas que te duelen mucho. Igual que (Robert, ex director del Buenos Aires Herald) Cox. No lo quiero. Porque Cox hablaba bien de las Madres, pero estaba de acuerdo con que mataran a nuestros hijos. ¡Estaba de acuerdo con el plan económico de Martínez de Hoz! ¿Cómo nos podemos olvidar de eso? De las Madres decía bellezas. Pero, caramba, el plan de Martínez de Hoz fue el que hizo posible los secuestros, la tortura y la muerte. ¿Cómo podemos homenajear a un periodista de esa calaña?