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Toda la atención en la Ciudad de Buenos Aires estará puesta en la elección de diputados nacionales, pero al llegar al cuarto oscuro los porteños deberán decidirse también por una boleta de legisladores locales. La de hoy es la primera renovación parcial de la Legislatura desde su constitución en 1997, esto es, el recambio de 30 de sus 60 miembros.
Por la cantidad de bancas que ponen en juego y lo que se presume que resultará de las urnas, PRO mantendrá su condición de primera minoría, mientras que el Frente para la Victoria y el ARI sobresaldrán también por el peso de sus bloques.
La cantidad de listas anotadas para la elección de legisladores son más que las bancas a cubrir: en total se oficializaron en la Justicia Electoral 46 boletas.
En la Ciudad de Buenos Aires hay 2.580.649 electores habilitados. Las estadísticas muestran que históricamente participa de la elección entre el 70 y el 80 por ciento de los empadronados.
Los dirigentes porteños calculaban en esta última semana que esta vez votarán alrededor de 2 millones de personas y que para conseguir una banca sería necesario, por lo tanto, obtener alrededor de 55 mil votos. Una vez franqueado el ingreso del primer legislador, la cantidad de sufragios que necesitan para ingresar quienes le siguen en la lista es sensiblemente inferior. Los números, de todos modos, varían según la participación electoral y el coeficiente de reparto que se utiliza para asignar las bancas al aplicar el sistema D’Hont.
Más allá de cuántos votos sean finalmente precisos para acceder a la Legislatura, de todas las listas anotadas, sólo los candidatos de seis o siete tienen posibilidades concretas de consagrarse legisladores. Además del PRO, el Frente para la Victoria y el ARI, parecen en condiciones de entrar en la discusión el Partido Socialista, Autodeterminación y Libertad, la UCR, Unión por Todos y el MST-Unite.
A las pocas encuestas que hubo con respecto a los candidatos a legisladores hay que prestarles relativa atención. El grado de desconocimiento de los porteños sobre las boletas que encontrarán en el cuarto oscuro y sus integrantes se tradujo en todos los sondeos en un alto nivel de indecisión.
En las especulaciones que tuvieron lugar días atrás en los cafés aledaños a la Legislatura surgía que de las tres fuerzas que disputan la punta, la que gane se llevaría ocho o nueve legisladores, la segunda siete u ocho y la tercera seis o siete. Los demás lugares disponibles quedarán a repartir entre las otras listas con posibilidades.
Aquellos que resulten electos asumirán el próximo 10 de diciembre. A partir de entonces, en la Legislatura –que en los últimos años se caracterizó por la fragmentación que la llevó a tener hoy 22 bloques– habrá tres bloques mayoritarios que se distinguirán del resto.
La coalición entre Mauricio Macri y Ricardo López Murphy mantendrá ocho de sus actuales legisladores y se supone que sumará suficientes para no perder la primera minoría. Al kirchnerismo le quedarán seis de los diez legisladores que hoy tiene y se estima que conseguirá ampliar su representación. Otro tanto pasará –según todos calculan– con el ARI, que de tener tres legisladores de los que sólo sale uno, pasaría a pisarle los talones al kirchnerismo.