EL PAíS
› EL ARZOBISPO HECTOR AGUER EMBISTIO CONTRA LA EDUCACION SEXUAL
“Una incitación a la lujuria”
Representante del sector más conservador de la Iglesia, Aguer salió con dureza a frenar la educación sexual en las escuelas. Dijo que promueve la “corrupción sexual” y la “promiscuidad” en los jóvenes. Rechazo de especialistas y del ministro bonaerense.
El arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, salió con todo contra la educación sexual en las escuelas, a la que equiparó con acciones de “corrupción sexual”, especialmente en cuanto se propicie el uso de preservativos. Mario Oporto, ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, contestó en defensa de la educación sexual que “ya es tradición en las escuelas bonaerenses”; el funcionario señaló que “la Iglesia también imparte educación sexual, según sus propios criterios, en sus colegios, que son subsidiados por el Estado para que los padres tengan libertad de elegir” y estimó que la acusación de corrupción es “injusta”, siendo que “nadie acusa a la Iglesia de corrupción sexual por algunos casos que hayan ocurrido en ella”. María Elena Naddeo, titular del Consejo de la Niñez porteño, comentó que los dichos del sacerdote son “una declaración de guerra” y destacó que “un resultado de la educación sexual es que los jóvenes empiezan su actividad sexual más tarde, no antes”.
En su columna del programa Claves para un mundo mejor, por Canal 9, el arzobispo afirmó que la educación sexual es “una corrupción legal, una invasión intolerable de los derechos de los padres respecto de la educación de los hijos”. El prelado puso como supuesto ejemplo a una escuela, que no identificó, en la cual “les dicen a los chicos que hay que jugar con el sexo y desmitologizar sus consecuencias y que para eso tienen que vacunarse. Lo que les proponen como supuesta vacuna es, para los varones, el preservativo. La persona que les da la clasecita, señalando que el sexo es un juego asimilable a otras funciones orgánicas, les reparte un preservativo a cada uno para que lo estiren, lo inflen y se acostumbren a él”.
En cuanto a las chicas, continuó Aguer, “se les presenta toda la gama de métodos anticonceptivos y les dicen que ellas tienen derecho a ir a un hospital y colocarse un dispositivo intrauterino sin que sus padres se enteren”. El arzobispo estimó que, en cambio, “se debería enseñar a los chicos a dominar sus impulsos, a canalizarlos y hacer referencia a la sexualidad como aquello que le da pleno sentido al amor”. Para el prelado, “tenemos el derecho de hablar de corrupción, porque se está desviando la orientación de los chicos de una vida verdaderamente sana”. Aguer añadió que “hay una incitación a la fornicación, a la lujuria, a la promiscuidad y a todo aquello que disuelve a la persona y a la familia y a la sociedad”. El arzobispo subrayó que “esto ocurre al amparo de las leyes” y pidió a los padres “que presenten ante la Justicia recursos de amparo”.
Consultado por Página/12, Mario Oporto, ministro de Educación bonaerense, juzgó “injusta la acusación de que en los colegios se promueva la corrupción sexual. Aun suponiendo que al arzobispo le pareciera cuestionable una clase, no sería un argumento para generalizar. Es como si alguien dijera que la Iglesia promueve la corrupción sexual por algún caso aislado que haya habido en ella”.
“Además –prosiguió el ministro–, la Argentina admite la libertad de enseñanza: incluso, el Estado subsidia la educación privada, de modo que los padres tengan libertad de elegir qué colegio desean para sus hijos. Pero el Estado no puede dejar de informar sobre un tema clave.” Oporto recordó que “la Ley de Salud Reproductiva, que rige desde el año pasado, incluye la educación sexual en las escuelas: en la provincia tenemos la materia ‘Adolescencia y salud’, donde la educación sexual se incluye entre otros temas que hacen a la prevención. Además, hay ya en nuestras escuelas una tradición de invitar a médicos, psicólogos, para hacer talleres sobre esta cuestión, y esto combate la iniciación sexual prematura y el embarazo adolescente”.
“¡Es una declaración de guerra!”, exclamó María Elena Naddeo, titular del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes porteño, ante las declaraciones de Aguer. La funcionaria precisó ante este diario que “según investigaciones de la UBA y otras entidades, cuanto mayor es la educación sexual que reciben los chicos, más tardía es la iniciación sexual. Al contrario, menos educados e informados, la edad de iniciación sexual desciende y hay más jovencitas con embarazos no deseados”. Naddeo señaló que “según la Convención Internacional de los Derechos del Niño, los padres deben guiar y orientar a los chicos para ejercer sus derechos pero no imponerles sus propias creencias o valores”.
En cuanto al modo que los especialistas encaran la educación sexual en los colegios, Lilian Fischer –coordinadora del programa de talleres en escuelas del Consejo– destacó que “incluye cinco encuentros. En los dos primeros, buscamos relacionar la sexualidad con el tema del género y trabajamos sobre los estereotipos: los mandatos por los cuales las mujeres son presionadas a tener sexo por obediencia o para no perder al novio, mientras que los hombres están obligados a meter un gol cada vez que el arco, está desguarnecido. Reafirmamos la posibilidad de elegir acerca de la propia vida sexual, lo que ayuda a prevenir situaciones de abuso”.
“Recién en el tercer y cuarto encuentros –continuó Fischer– incluimos el tema de los anticonceptivos, lo cual incluye recursos para que los chicos sepan cuáles son los servicios hospitalarios más amigables y los lugares donde se pueden conseguir preservativos en forma gratuita. En el último encuentro, trabajamos sobre los embarazos no deseados y enfermedades de trasmisión sexual.”
La senadora Diana Conti, del Frepaso, afirmó que las palabras de Aguer “representan la postura más retrógrada de la Iglesia”.
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