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La posibilidad de adelantar las elecciones es ya un tema conflictivo no sólo en el oficialismo sino dentro de la misma Casa Rosada. El jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, opinó que ir a comicios “sería una irresponsabilidad” del Gobierno, porque dejaría al país a la deriva durante los meses de la campaña electoral. Ante esto, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, insistió en que el presidente Eduardo Duhalde “tiene en claro que estas cosas van a suceder, y lo que toma este tipo de planteos es la necesidad de llevar al mejor puerto la situación argentina y convocar a elecciones, atento que estamos ante la presencia de un gobierno de transición”. La discusión dejó al descubierto las distintas posiciones que conviven alrededor del Presidente sobre el mejor momento para llamar a votar: apenas la situación económica dé algún respiro o lo más tarde posible.
El plan que maneja un sector del Gobierno, adelantado el domingo por Página/12, estipula llamar a elecciones luego de que se desarme el corralito y se firme el acuerdo con el FMI. Piensan que por esas semanas bajará el nivel de conflictividad con la que debió convivir hasta ahora la gestión de Duhalde, por lo que se convertiría en el momento ideal para adelantar los comicios, ya que todavía el Gobierno conservaría una cuota de poder como para comandar una transición ordenada. Sin embargo, otros funcionarios duhaldistas creen que ponerse a hablar ahora de elecciones sólo serviría para alejar la posibilidad de un acuerdo con el Fondo y debilitar al Presidente.
Hasta ahora, quienes machacaban con el pedido de elecciones eran algunos gobernadores como el santacruceño Néstor Kirchner o el cordobés José de la Sota. Pero la idea también comenzó a seducir a algunos hombres del Gobierno que la ven como una salida elegante, que le permitiría a Duhalde mantener cierta influencia sobre las candidaturas en juego.
“Hay quienes piensan que hay una solución mágica para resolver todos los problemas de la Argentina”, se enojó Atanasof. Y agregó que algunas declaraciones de Fernández “quizás no hayan sido correctamente interpretadas”, por una nota publicada ayer en este diario. Allí, el secretario general de la Presidencia reveló que “la intención de Duhalde es llamar a elecciones cuanto antes, en cuanto el Gobierno llegue a algún lugar de aguas tranquilas”. Las afirmaciones fueron confirmadas ayer por el funcionario. “Entonces será el pensamiento de Fernández, pero no es el nuestro”, retrucaban luego desde la jefatura de Gabinete.
No fueron los únicos hombres del oficialismo que ayer intervinieron en este tema conflictivo. El gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá, se mostró en contra de que en estos momentos se hable de adelantar las elecciones porque antes es necesario que se solucionen “algunas cosas” en el país. “Yo creo que las elecciones no son mágicas, y que cualquiera que diga que no tiene que haber elecciones queda sospechado de querer aferrarse a su cargo”, subrayó.
Desde el duhaldismo profundo, el vicepresidente del bloque de diputados del PJ, José María Díaz Bancalari, acusó a De la Sota de intentar “debilitar permanentemente al Gobierno” y lo invitó a que si tiene tanto apuro por la elecciones acepte “asumir para conducir el proceso electoral”. La referencia, explicó, era a que en enero pasado De la Sota no quiso integrarse a la gestión duhaldista.