Los obispos católicos, a través de sus máximas autoridades, le confirmaron ayer al presidente Eduardo Duhalde que están dispuestos a auspiciar un espacio de diálogo entre sectores políticos y sociales con la finalidad de “consensuar políticas de Estado” que le permitan al país salir de la crisis. Duhalde recibió ayer en la Casa Rosada a la Comisión Ejecutiva presidida por el arzobispo de Paraná, Estanislao Karlic. En el encuentro tanto Duhalde como los obispos intentaron clarificar los términos de la iniciativa en marcha y los miembros del Episcopado volvieron a reiterar que su tarea será la de ofrecer el ámbito para el diálogo, alentarlo y garantizar las condiciones para que se concrete.
La entrevista entre Duhalde y los obispos se produjo después de un día de reuniones en la sede capitalina del Episcopado donde se congregaron los integrantes de la Comisión Permanente. El análisis de la realidad nacional, de los alcances de la concertación que se le solicita a la Iglesia y las diversas alternativas que se plantean en torno a la misma ocuparon todo el tiempo de las deliberaciones.
Cuando caía la tarde Karlic partió hacia la Casa Rosada junto al cardenal Jorge Bergoglio, al arzobispo de Rosario, Eduardo Mirás, y al secretario general del Episcopado, obispo Guillermo Rodríguez Melgarejo. En la sede del gobierno los obispos fueron recibidos por Duhalde y sólo por algunos momentos se sumó al diálogo del jefe del Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich. En el transcurso del encuentro los obispos le pidieron a Duhalde que sea él mismo quien haga la convocatoria a los diferentes sectores, incluidas las organizaciones sociales, sindicatos, representantes de las empresas y partidos políticos. El diálogo entre el presidente y los obispos estuvo también dirigido a clarificar los alcances de la tarea a emprender, que contará con el apoyo técnico del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Aunque ninguno de los participantes hizo declaraciones al término de la reunión, trascendió que las ideas que se barajan apuntan hacia la búsqueda de un consenso acerca de valores fundamentales sobre los cuales se pueda construir una propuesta política de alcance nacional con amplio respaldo. Este esfuerzo se encaminaría también a la concreción de acuerdos y compromisos entre los participantes que sentarían las bases para la reforma del Estado y la reforma política. Duhalde le habría confiado a los obispos que él personalmente está dispuesto a “participar activamente” en el espacio de concertación que se concrete.
Durante la reunión de la Comisión Permanente celebrada ayer los obispos estuvieron analizando los posibilidades y las dificultades que presenta la iniciativa. Varios de los presentes insistieron en la necesidad de que la concertación que se pone en marcha no esté desvinculada del espacio político para que no pueda ser tildada de una iniciativa “corporativa”. Más allá de los distintos puntos de vista expresados y de las dudas que todavía existen acerca de la metodología que tendrá el diálogo, entre los obispos se logró total consenso acerca de que la Iglesia tiene que comprometerse con lo que se le solicita. También tomaron nota de cartas enviadas por Duhalde, por el titular del radicalismo, Angel Rozas, y por el presidente del Frepaso, Aníbal Ibarra, en las que agradecen la iniciativa y les solicitan que continúen en la tarea emprendida.
Una prueba de la voluntad episcopal se tradujo en la designación de una comisión especial que representará al Episcopado en los diálogos y animará la iniciativa de concertación. El grupo está presidido por obispo de Santiago del Estero, Juan Carlos Maccarone, y lo integran también el titular de San Isidro, Jorge Casaretto, y su colega de Río Cuarto, Ramón Sataffolani. Por trayectoria personal y por los cargos que han ocupado en la Iglesia los dos primeros obispos son hombres de diálogo permanente con los dirigentes políticos y sociales del país, y el tercero es actualmenteel secretario de la Pastoral Social que encabeza el cardenal Raúl Francisco Primatesta.
El Episcopado dará a conocer hoy una declaración breve en la que reiterará su disposición a continuar alimentando la idea de la concertación y seguramente insistirá en algunos de los conceptos ya adelantados en los últimos documentos acerca de las condiciones para que se de un diálogo que conduzca a soluciones “basadas en la verdad” y que tengan en cuenta de manera preferencial “a los más pobres de la sociedad”.