EL PAíS
Los curas “por los pobres” pidieron confirmar “el camino democrático”
Enviaron una carta a Kirchner y a los legisladores con la firma de más de cien sacerdotes. Mañana se reúne el Episcopado.
Por Washington Uranga
Mediante una carta que lleva la firma de 104 sacerdotes católicos de todo el país dirigida al presidente Néstor Kirch-ner, a los legisladores electos y a todos los funcionarios, el “Grupo de Curas en la Opción por los Pobres” manifestó su alegría por que “nuestro país siga confirmando año a año el camino democrático y que en los comicios puedan participar las más diversas expresiones de la sociedad”, expresó que “muchas veces estamos de acuerdo con los dichos del Presidente respecto del papel de los organismos multilaterales de crédito”, pero advirtió que “nos alegraría que representaran el verdadero sentir del Gobierno, más que una mera ‘retórica política’”.
El documento, que cuenta también con la adhesión de más 300 firmas de católicos y comunidades religiosas, se conoció pocas horas antes de que se reúna mañana y pasado por primera vez desde los comicios del Episcopado de noviembre, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal bajo la presidencia del cardenal Jorge Bergoglio. Aunque no trascendieron los temas de agenda es evidente que los obispos deberán conversar acerca de una estrategia para el diálogo con el Gobierno, un tema que sigue “en punto cero” según confían ambas partes mientras formalmente resaltan la mutua disposición y la presunta cordialidad en la relación.
La Comisión Permanente está integrada por 22 obispos y es el máximo organismo del Episcopado cuando no está reunida la asamblea. Es habitual que cuando se eligen nuevas autoridades en la Conferencia Episcopal se hagan contactos en el máximo nivel del Ejecutivo para producir un encuentro que, además de protocolar, establezca líneas de colaboración entre Iglesia y Estado. Se sabe que en el último mes se hicieron contactos reservados pero aún nada se avanzó en este sentido y sin duda esto será tema de la reunión episcopal.
En su carta a Kirchner, los curas de “la opción por los pobres” señalaron que “no nos alegra que se vocifere contra el Fondo Monetario Internacional y demás organismos internacionales de crédito, mientras se les sigue pagando regularmente una deuda que desconocemos, y que –de ser legítima– debería tratar el Congreso”. Recomendaron los curas que se haga una “auditoría de la deuda” y recuerdan palabras de Kirchner en su asunción presidencial: “No se puede volver a pagar deuda a costa del hambre y la exclusión de los argentinos, generando más pobreza y aumentando la conflictividad social”. Los sacerdotes de “la opción por los pobres” sostienen que “no vemos por qué haya que pagar una deuda sin auditarla y establecer qué es lo que se debe pagar en justicia, y cómo hacerlo”.
Criticaron los curas la idea de Kirchner de “reconstruir el capitalismo nacional” porque el “capitalismo neoliberal de mercado es el causante de la escandalosa desigualdad globalizada”. Por ese motivo –dijeron– “no vemos que el actual modelo económico sea ideológicamente y estructuralmente muy distinto en lo fundamental a lo que hemos venido soportando, porque a pesar de los esfuerzos por crear empleo, la voz rectora sigue siendo la del llamado ‘capitalismo’”, y entre sus principales actores mencionaron a los bancos, los terratenientes y las multinacionales.
Reconocieron los sacerdotes que aumentó el índice de empleo, que han disminuido otros índices como la mortalidad infantil y que “se abren nuevas posibilidades de trabajo”. Pero al mismo tiempo “vemos claramente la brecha inmensa de la injusta distribución del ingreso” para lo cual “reclamamos trabajo justo y digno con salarios justos y dignos para todos, reconocimiento de los legítimos reclamos de los jubilados y un salario familiar universal como derecho de los niños”.
“Nos alegra –sostuvieron en otro pasaje del documento– que la política vuelva a ser vista como una causa noble, pero nos rebela ver la plena vigencia de prácticas de la así llamada ‘vieja política’, como el persistente internismo partidario, el canibalismo político, los subsidios ‘mal gastados’ en favor de las empresas concesionadas, o la aparente compraventa de voluntades o bancas legislativas.”
El texto termina formulando dos “esperanzas”. La primera es que “el pueblo no se vea una vez más estafado en sus anhelos”, y la segunda, “que lo que el señor Presidente dijo a los pies de la Virgen de Luján, donde se proclamó cristiano, sea una realidad en su compromiso con el pueblo, y no una hueca palabra de campaña”.