Lunes, 27 de noviembre de 2006 | Hoy
EL PAíS › AUNQUE HAY MOVIMIENTOS, EL PC NO DEFINIO SU ESTRATEGIA ELECTORAL
En el PC no opinan sobre la actividad de Heller en la Capital. Hablan de formar alianzas con otros sectores de izquierda.
Por Adriana Meyer
En medio de los alineamientos preliminares y de sucesivas cenas en las que se conversa sobre las alianzas electorales que está desplegando el sector denominado “progresista”, el Partido Comunista todavía no tomó posición definida en el tablero político de cara a las elecciones 2007. A nivel nacional sus dirigentes decidirán la estrategia a seguir durante la reunión del Comité Central que se realizará el 16 de diciembre, para “recién empezar a conversar”, según afirmó a Página/12 el secretario general del partido, Patricio Etchegaray. El dirigente explicó que, hasta ahora, sólo en Entre Ríos conformaron una alianza con la Concertación Entrerriana que conduce el diputado nacional Emilio Martínez Garbino, cuya actuación parlamentaria es de perfil opositor. Respecto de las movidas que ya hicieron el cooperativista Carlos Heller y el diputado CTA Claudio Lozano con distintos referentes de centroizquierda e incluso del kirchnerismo, Etchegaray comentó: “No hemos participado de esas comidas ni nos han invitado aún, por lo tanto no tenemos opinión que dar, veremos cuando nos consulten”.
En un breve diálogo que mantuvo con este diario, en el que no quiso abundar en detalles a la espera de las decisiones que se tomen en la reunión del Comité Central, Etchegaray aceptó definir el tipo de construcción política a la que apuntarán. “Estamos trabajando en una alternativa política de gran amplitud y gran profundidad, que no se construye ni con sectarismo ni con superficialidad programática, que no sólo pondrá el acento en el terreno electoral sino en la lucha por los derechos populares”, expresó.
La idea suena parecido a lo que buscó el primer Frente Grande. Etchegaray lo acepta pero ve ahora una mayor inclinación hacia la izquierda. “En aquel momento fuimos los primeros que salimos, luego fue (Jaime) De Nevares y luego echaron a Pino (Solanas), por eso no tienen que tener predominio los sectores de ‘tercera vía’ como fueron (Fernando) De la Rúa, Chacho Alvarez o el propio (Néstor) Kirchner.”
La única resolución que puede mostrar hasta ahora el PC es el armado entrerriano, en el que confluyen con socialistas, intransigentes, radicales, peronistas, en una alianza amplia que responde al esquema del Encuentro de Rosario. Y ese es el modelo que Etchegaray imagina en el orden nacional. Si bien en ese agrupamiento lo electoral no aparecía como prioritario, las apuestas daban al dirigente CTA Víctor De Gennaro como el mejor presidenciable. La amplitud de la que habla Etchegaray no se mediría por personas sino por programas, según definieron en su entorno. ¿El kirchnerismo es el límite de esa apertura? No necesariamente, porque en las actividades de protesta contra el presidente norteamericano George Bush trabajaron de manera conjunta con sectores que responden a la Rosada.
En las pasadas elecciones legislativas el PC participó como Encuentro Amplio, que en las últimas presidenciales apoyó la candidatura de Patricia Walsh, en alianza con el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), conformando Izquierda Unida. Pero ese acuerdo voló por los aires cuando los comunistas ampliaron sus horizontes en Rosario. Por estas horas resulta imposible obtener algún nombre como posible candidato del comunismo, más allá de la mención de referentes como Julio Gambina, Marcos Wollman, Jorge Kreyness, León Zimmermann y el propio Etchegaray.
La versiones que surgen desde la conducción partidaria indican que el PC apoyaría la candidatura de Heller a jefe de Gobierno porteño, aunque ese respaldo estaría condicionado a la evaluación del tipo de alianzas que construya el cooperativista desde el Cepac –Centro de Estudios y Participación Comunal– junto a Lozano. De hecho, ese nucleamiento está manteniendo encuentros con diferentes sectores y prepara uno ampliado para el 5 de diciembre al que fueron invitados movimientos sociales, como Libres del Sur (en el que coinciden kirchneristas con comunistas escindidos en el ’92 con el Congreso Extraordinario), y referentes políticos del ARI como María América González y Delia Bisutti.
Por su parte, Heller participó de dos cenas con el diputado kirchnerista Miguel Bonasso, el ex jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, y los socialistas Héctor Polino y Roy Cortina. En el entorno de Etchegaray bromearon con que estos dirigentes “van a engordar”, pero, más en serio, explicaron que con el presidente del Credicoop los une “la confluencia entre el movimiento obrero y el cooperativismo”, y el hecho de compartir espacios desde hace años aunque no sea afiliado al partido.
Sin embargo, prefieren hablar de “participación en alianzas” y no aún de apoyo a determinadas personas. Además, indican que estuvieron ocupados con las iniciativas por la aparición de Jorge Julio López, la elección en la CTA y la participación en el congreso del comunismo en Chile, por lo que las cuestiones electorales quedaron relegadas.
¿Cuál es la relación del PC con sus circunstanciales aliados de los partidos trotskistas? Mantienen el diálogo y trabajan juntos en temas de derechos humanos. Pero al momento de un armado electoral los acusan de “sectarios” porque consideran que la “gran amplitud se tiene que dar desde la izquierda hacia bastante lejos en el centro”, según precisó un encumbrado cuadro partidario.
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