EL PAíS › MUESTRA MARCAS DE SUS LIGADURAS, QUEMADURAS EN EL PECHO Y GOLPES
La investigación está concentrada en zonas cercanas a Escobar. La Casa Rosada pone el acento en el rol que habrían jugado sectores ligados al ex subcomisario Patti. Apareció con el torso desnudo en la calle, víctima de un shock nervioso. Anoche fue atendido en el hospital de Escobar y durmió en su casa.
› Por Raúl Kollmann
Luis Gerez apareció con vida anoche. Según los primeros relatos que hizo en la sala de Primeros Auxilios del Hospital de Garín, el albañil fue secuestrado por varias personas a metros de la casa de su amigo Jorge Altamirano. Lo tiraron detrás en un auto, le pusieron una bolsa en la cabeza y lo sofocaron. Instantes más tarde fue subido a un vehículo que no pudo ver porque estaba con la bolsa puesta y el coche anduvo por calles de tierra, luego una ruta o autopista y finalmente otra vez por un camino de tierra. Al final del recorrido, fue introducido en una casa-galpón, donde los individuos tenían preparado un juego de grilletes. Durante las 48 horas en que estuvo cautivo, siempre según su relato a los investigadores y a las fiscales, lo mantuvieron con los grilletes puestos y por ello tiene rastros muy nítidos en las muñecas. Además de esas marcas, Gerez tiene el labio hinchado y quemaduras de cigarrillo en el centro del pecho. “Me mataron mil veces”, dijo mientras dejaba claro que había sufrido simulacros de fusilamientos.
El albañil no habló mucho sobre su liberación y no está claro si lo sacaron o no del lugar de cautiverio en un auto. De todas maneras, el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, le dijo a este diario que está convencido de que “el lugar en el que estuvo secuestrado es muy cercano a la esquina en la que apareció”. En la Casa Rosada sostenían anoche que el secuestro fue obra de individuos relacionados con Luis Abelardo Patti y que la presión sobre esos sectores los obligó a soltar a Gerez. También destacaban que esa certeza los llevó a concentrar las operaciones policiales en la zona de Escobar. En la gobernación bonaerense agregaban que los múltiples allanamientos realizados por las distintas fuerzas, incluyendo uno realizado a cien metros del lugar donde apareció el albañil y un sobrevuelo de helicóptero en esa zona, llevaron a la liberación del testigo. Anoche se estaban haciendo varios allanamientos y fue detenida una mujer que podría dar información sobre el lugar de cautiverio.
Gerez apareció alrededor de las 21.30 en la esquina de Fructuoso Díaz y Bedoya, en la localidad de Garín. Dos niñas lo vieron correr con el torso desnudo hasta que finalmente se sentó en el cordón de la vereda, con una fuerte crisis nerviosa y una herida en la cabeza. Las niñas convocaron a una enfermera que le dio un vaso de agua y se esforzó en tranquilizarlo. Luego, a pedido del propio Gerez, convocaron al concejal Hugo Cantero, miembro de su misma agrupación. Instantes más tarde llegaron al lugar un patrullero y una ambulancia.
Trasladado al hospital de Garín, Gerez se fue reponiendo de a poco. Hasta el lugar llegaron el gobernador bonaerense Felipe Solá; el ministro de Salud, Ginés González García; el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el propio Arslanian. Celular mediante, el encargado de marcar fue Solá, el albañil habló con el presidente Néstor Kirchner y con su esposa Cristina Fernández. En ese lapso llegaron también al hospital su familia, sus amigos y compañeros de militancia, entre ellos el actor Paco Fernández De Rosa. Cerca de las 23, el albañil se fue tranquilizando e hizo un primer relato sobre el lugar y el momento del secuestro. Como es obvio, la fiscal Andrea Palacios y la fiscal general Liliana Maero esperan tomarle declaración en las próximas horas. Sucede que el caso está lejos de esclarecerse, ya que no hay ningún secuestrador detenido y al cierre de esta edición no se había encontrado el lugar de cautiverio.
En la Casa Rosada tenían el diagnóstico de que el grupo que actuó en el secuestro estaba integrado por hombres ligados a Patti. Es más, el discurso presidencial se demoró media hora porque se estaba esperando el resultado de un allanamiento orientado a un grupo de adherentes al ex comisario. “Estábamos bien encaminados, el Presidente le apuntó explícitamente en el discurso y lo tuvieron que largar. Sabían que estábamos cerca”, decían anoche en la Casa de Gobierno.
Los referentes bonaerenses le dijeron a este diario que “el discurso presidencial demostró que la cosa iba en serio. Con otro ritmo que cuando ocurrió lo del caso López. Eso influyó en forma decisiva. Pero también es cierto que los datos que se manejaban eran buenos. Durante la noche del jueves se hicieron 50 allanamientos en Villa Rosa, Pilar y Garín. Una señora llamó y dijo que en tal calle y tal otra de Garín vio que metían a una persona en una casa. Se pusieron cientos de policías a trabajar en esa pista y hubo allanamientos en lugares muy cercanos al sitio en el que apareció Gerez. Estamos seguros de que percibieron que con tantos policías bonaerenses, federales y gendarmes tarde o temprano los íbamos a encontrar, de manera que lo soltaron”, decía anoche uno de los investigadores más importantes del caso. Según parece, tras la aparición de Gerez, se ordenó la detención de la mujer que había señalado las dos calles de Garín: es que una de las calles se correspondía con el lugar donde apareció el testigo y en cambio la otra estaba equivocada. Al cierre de esta edición se le tomaba declaración y numerosos efectivos se aprestaban a realizar nuevos allanamientos.
Lo más sorpresivo del caso Gerez es que se asemejaba demasiado a la desaparición de Jorge Julio López. “No tenemos un solo testigo. Nadie escuchó un grito, una frenada. Nadie vio un auto raro. Es increíble”, le decía Jorge Altamirano a Página/12 ayer por la tarde. Altamirano es el amigo y compañero de militancia de Luis Gerez y el dueño de la casa en la que ambos estaban en los minutos previos a la desaparición. Altamirano, así como efectivos de la Policía Bonaerense, la Federal, la SIDE y hasta la Gendarmería, recorrieron el barrio Lambertuchi casa por casa, preguntando si alguien vio algo. La lógica indicaba que si a Gerez lo secuestraron, debió haber uno o dos autos en el operativo e incluso esos vehículos tendrían que haber estado estacionados en algún lado esperando que el albañil salga de la casa de Altamirano. Lo concreto es que los investigadores no consiguieron ni un testigo que haya visto movimientos raros. Según el relato de Gerez el coche extraño no sólo existió sino que fueron varios los que participaron del operativo del secuestro. “Tal vez quienes vieron algo tuvieron miedo de declarar”, razonaban anoche los investigadores.
Durante la noche del jueves y en las primeras horas de ayer se hicieron 26 allanamientos, la mayoría en countries de la zona, pero todos originados en llamadas anónimas al 911 o directamente a la fiscalía. Ninguno en virtud de un dato aportado por algún testigo. A la misma hora en la que apareció Gerez el grupo Albatros de la Prefectura salía de San Fernando hacia una casa ubicada en una isla porque también se había recibido una llamada al 911 señalando que allí se encontraba el albañil.
Gerez salió caminando hacia la carnicería a las 20.30. Sobre una mesa de la casa de Altamirano quedaron las llaves de su Dodge verde, la billetera, el teléfono celular y una carpeta en la que registraba sus trabajos. En el bolsillo llevaba 300 pesos que cobró de un trabajo terminado hacía una semana, dinero con el que compraría la carne para el asado. Altamirano pensó inicialmente que Gerez se estaba demorando porque, tal vez, había aprovechado la oportunidad para saludar a algún vecino por el fin de año, pero cuando la demora se extendió a más de una hora salió a buscarlo. Tras preguntar en todos lados, a las tres de la mañana se hizo la denuncia policial.
Con la difusión del caso y el establecimiento de una recompensa de 400.000 pesos pasó lo inevitable: se recibieron varios llamados al 911 y dos directamente a la fiscalía de Escobar. De la misma manera que hubo que rastrear numerosos lugares porque distintos ciudadanos llamaban diciendo que creyeron haber visto a López, en las últimas 48 horas se multiplicaron los que afirmaron haber visto a Gerez. Lo cierto es que Escobar, Garín y numerosas localidades de los alrededores se llenaron de efectivos de fuerzas de seguridad.
En la Casa Rosada, tras varias reuniones en las que participaron el Presidente, el gobernador bonaerense, el jefe de Gabinete, el ministro del Interior y el titular de la SIDE, decidieron hacer una gran ofensiva pública, por lo que el primer mandatario pidió que le prepararan la cadena nacional. Una hora más tarde, cuando las luces de la Casa de Gobierno ya estaban apagadas, llegó la noticia de la liberación. La niña que encontró a Gerez dice que el albañil repetía en shock: “Esto fue una advertencia, esto fue una advertencia”. Hoy continúa la investigación para conocer la verdad de lo ocurrido.
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