El ingeniero está de vuelta. Juan Carlos Blumberg volvió de su viaje por Alemania, Austria y Lituania, adonde se marchó a pensar si quería o no meterse en política, tras la propuesta que recibió del líder de PRO, Mauricio Macri, de ser el candidato a gobernador bonaerense.

–¿Volvió con una decisión? –preguntó Página/12.

–No, no. Todavía no –respondió el padre de Axel, que sigue sin descartar esa posibilidad, aunque no aceptará integrar una fórmula en lo inmediato. El ingeniero piensa en ser el articulador de un frente opositor, con el reclamo de la seguridad como estandarte.

Blumberg volvió el fin de semana pasado con la firme determinación de intervenir en política. “El tema de las candidaturas vendrá después”, aseguran cerca del padre de Axel. En el entorno del ingeniero, indicaron que su primer paso será ayudar a articular una coalición opositora en torno de propuestas comunes. “Su decisión es ayudar a que se conforme un espacio común de todos lo que están dando vueltas en la oposición. Si hay alguien que puede tener autoridad para juntarlos, es él”, indicó un allegado de Blumberg. El ingeniero imagina que podría reunir a dirigentes políticos como Macri, Roberto Lavagna y Jorge Sobisch, además de líderes sociales, entre los que se encuentran el rabino Sergio Bergman y el piquetero Raúl Castells. Con todos ellos tuvo diálogo en los últimos meses, mientras analizaba la posibilidad de ser candidato.

El primer ofrecimiento concreto ocurrió unos días antes del comienzo del juicio por el asesinato de Axel. En un almuerzo en el Hotel Sofitel, Macri le planteó que debería “meterse en política”. Blumberg le pidió tiempo, por lo menos, hasta que concluyese el juicio. Luego dialogó con Sobisch y con Lavagna, con el que tuvo varios puntos de desacuerdo en sus propuestas de baja de edad de imputabilidad.

Mientras meditaba la oferta macrista, el ingeniero mantuvo el perfil de un candidato: convocó una marcha a Plaza de Mayo, en la que le apuntó directamente al presidente Néstor Kirchner, además de al gobernador Felipe Solá y su secretario de Seguridad León Arslanian; luego viajó a Misiones a apoyar al obispo Joaquín Piña contra el gobernador Carlos Rovira. “Si tengo que sacrificarme en beneficio de los demás, lo voy a hacer”, señaló entonces en relación con su posible candidatura.

Al finalizar el juicio –cuya sentencia consideró “una mierda”– dijo que continuaría pensando en su pase a la política tras su viaje a Europa. “Ojalá que se junten todos”, le había dicho a Página/12 cuando Macri y Lavagna todavía flirteaban. Volvió del viaje con la idea de un frente electoral, aunque durante su ausencia la relación entre el empresario y el ex ministro llegó a varios grados bajo cero. Ante ese panorama gélido, el ingeniero no se desanima. Y sigue en campaña.