Después del paro, los subtes tuvieron un nuevo día de dificultades en el servicio. Hubo interrupciones y demoras en las cinco líneas, de los que Metrovías y los trabajadores se acusaron mutuamente. La empresa atribuyó los problemas a haber tenido que sacar de funcionamiento trenes afectados, dijo, por “actos de vandalismo” cometidos durante la huelga, lo que el cuerpo de delegados negó. El conflicto va a continuar la semana que viene, ya que entre hoy y mañana en los lugares de trabajo habrá asambleas para decidir las próximas medidas de fuerza. Para evitar que el mal clima entre los pasajeros pasara a mayores, la empresa tomó la decisión de que ayer se viajara gratis.

El conflicto comenzó luego de que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) firmara con Metrovías un acuerdo salarial que operarios, maquinistas y boleteros, organizados a través de un cuerpo de delegados, consideran insuficiente. La empresa sostiene que el acuerdo implica un aumento del 24,4 por ciento, pero los trabajadores dicen que la mejora real es sólo del 11.

Es con ese cálculo que los empleados piden más, y apuntan también a conseguir que se discutan cuestiones no vinculadas estrictamente al salario, como la recuperación del 82 por ciento móvil para los jubilados del sector. En este marco, quieren que se reabra la negociación.

“No descartamos que haya nuevos paros a partir del lunes”, señaló anoche Roberto Pianelli. El delegado de la línea E agregó que “el plan de lucha combinará probablemente distintas medidas”, pero que la interrupción de los servicios no va a ser sorpresiva, sino “anunciada con anticipación”. Las tensiones del día estuvieron centradas en el cruce de acusaciones sobre los supuestos sabotajes al servicio.

Lucila Maldonado, vocera de Metrovías, sostuvo que durante el paro del jueves hubo “actos de vandalismo” como “roturas de vidrios, de dispositivos en las cabinas y otras cosas que hacen a la seguridad operativa de los trenes, por lo que varias unidades debieron ser sacadas de servicio para reponer lo que tenían roto. Esa situación se agravó por un nuevo corte de energía eléctrica”, agregó la vocera.

El conflicto ya tiene abierta una causa judicial, ya que Metrovías presentó una denuncia en los tribunales por “obstrucción de un servicio público”. Por otra parte, la firma estudia si aplicar sanciones por la huelga. Hasta el momento no las ha tomado, esperando ver cómo sigue el conflicto.

Al rechazar las acusaciones de sabotaje, Pianelli expresó que los delegados realizaron un recorrido a medianoche, luego de concluir el paro, y comprobaron que “todo estaba normal para reiniciar los servicios a primera hora”.

“Los problemas estuvieron motivados en la falta de reparación de las unidades de transporte, una responsabilidad que corresponde a la empresa Metrovías”, añadió. En la línea D, ejemplificó, “tendría que haber 23 formaciones funcionando”, pero “la empresa jamás pudo poner más de 17” porque las otras cinco no fueron restauradas en condiciones de uso normal.

El Gobierno ratificó sus críticas a un paro que consideró “innecesario y violento”. Los delegados “no pueden hacer lo que se les antoja y dejar varados a un millón de personas”, declaró el ministro del Interior Aníbal Fernández.

Se espera que los servicios funcionen normalmente tanto hoy como mañana. El cuerpo de delegados dijo, al cierre de esta edición, que dará a conocer las características de las próximas medidas de fuerza en una conferencia de prensa, el lunes por la mañana.