“Soy de Radio Nacional, ¿cómo se sintió después del paro?”, preguntó un joven, empleado de limpieza de Metrovías, que bromeaba simulando ser periodista, a un inspector de la empresa. Parado, cruzado de brazos, respondió: “Al cuete”. Fue así. No cumplió con su función de controlar que los pasajeros paguen el boleto, ya que hubo pase libre. Esta fue la única noticia agradable para los pasajeros sorprendidos por la medida que apuraban el paso para sortear los molinetes. Lo que no fue agradable fueron las demoras, los apretujones y las interrupciones del servicio debido, según la empresa, a actos de “vandalismo” perpetrados durante la medida de fuerza del jueves pasado. Un grupo de estudiantes universitarios disfrazados de vaca se manifestaron en la entrada de subte de la estación Facultad de Medicina para reclamar por mejoras en el servicio y solidarizarse con los empleados de Metrovías.

“Por la puerta no más”, avisaba el inspector, aburrido, a los usuarios. “Bueno, bueno”, respondían y aceleraban la marcha, quizá por miedo a que se levantara la medida que, según informó la empresa, se implementará hasta “que se puede brindar el servicio como corresponde”. La novedad fue transmitida durante toda la jornada de ayer a través del circuito de televisión instalado en las estaciones de subte y el sistema de parlantes cerrado que tiene la empresa. “No cobraron boleto porque sabían que iba a andar mal”, explicó Hernán.

“Por lo menos una buena noticia”, dijo Cristina, una pasajera que tuvo una jornada marcada por las corridas y demoras. “Ahora está tranquilo, pero a la mañana estuvo media hora para hacer un viaje de diez minutos. En varios estaciones estuvimos parados cinco minutos”, contó. Ella viaja todos los días en la línea C para llegar a su oficina en Retiro. Las cinco líneas de subte iniciaron el servicio entre las 5 y 6 de la mañana y en el correr de la jornada registraron varios inconvenientes, como demoras, interrupciones y disminución de frecuencias. La C, con recorrido de Constitución a Retiro, por ejemplo, estuvo interrumpida “por desperfectos técnicos ocasionados por los acontecimientos de ayer” –así lo aclaraba la voz por el parlante a los pasajeros–. Uno de los cortes fue a las 14.40, cuando una de las formaciones se detuvo en Avenida de Mayo. Después de media hora, personal técnico logró mover la unidad.

La línea B que va de Leandro Alem hasta Avenida Los Incas comenzó la jornada a las 6.40. También sufrió interrupciones. Según la empresa, los “hechos vandálicos” registrados durante la jornada de paro obligaron a retirar de circulación unidades dañadas. La línea D también sufrió demoras y estuvo restringida al mediodía “por la presencia de humo de un cuarto de ventilación” en la estación Olleros. En tanto, la “E” ayer a las 18 estaba interrumpida.

Encontrarse con que no había que pagar boleto fue un pequeño premio para los pasajeros de subte que viajaron en pésimas condiciones. “Es muy triste viajar en subte”, dijo una pasajera a otra en la línea C ayer a la tarde donde, cotidianamente, se viaja como ganado. Disfrazados de vaca, estudiantes de agrupaciones universitarias de la UBA se plantaron en la boca de la estación de la línea D Facultad de Medicina para reclamar mejoras condiciones en el Ferrocarril Roca y en los subtes y, además, respaldar a los trabajadores de Metrovías. “Estamos hartos de viajar como animales. Deteriora nuestra calidad de vida”, relató Federico Wahlberg, de Economía.

Con volantes en la mano, los hombres-vaca se ubicaron de uno y otro lado de las bocas de subte despertando la sorpresa, las sonrisas y el apoyo de los usuarios que entraban o salían de la estación. “El Estado debería dejar de entregar subsidios a esta empresa, que acrecienta sus ganancias y no invierte el dinero”, sostuvo el estudiante. Una pancarta difundía otra de sus consignas: “No a la privatización, sí a la estatización del servicio de subte”.

Informe: Elisabet Contrera.