EL PAíS
Hay imágenes del balazo que mató en la avenida Pavón a Kosteki
Los de la Verón y la Correpi están revisando cuidadosamente todo lo grabado y cada foto realizada en la masacre de Puente Pueyrredón, hace hoy dos meses. Encontraron una secuencia que muestra cómo fue baleado Kosteki en plena calle.
Por Laura Vales
Los piqueteros de la Coordinadora Aníbal Verón encontraron imágenes filmadas del momento en que mataron a Maximiliano Kosteki. La secuencia, que compromete al comisario Alfredo Fanchiotti y a su chofer, el cabo Alejandro Acosta, fue tomada sobre la avenida Pavón, a la altura del supermercado Carrefour. Y aunque parezca increíble, fue transmitida en directo por la televisión. Claro que el significado de las tomas, en las que se ve en el medio de un tumulto a Maximiliano Kosteki tomarse el pecho y caer mientras a su alrededor los manifestantes corren escapando de la infantería, fue comprendido mucho después, cuando esas grabaciones fueron revisadas cuadro por cuadro.
Como adelantó Página/12, un grupo de militantes de la Verón junto a los abogados de la Correpi recolectó las filmaciones e imágenes tomadas el 26 de junio en Avellaneda. Las reunieron para buscar en ellas pruebas que aportar a la Justicia, pero también para entender cómo habían ocurrido las cosas y hacer el duelo por las muertes de sus dos compañeros. “Las miramos obsesivamente”, dijo uno de los integrantes del equipo. Al repasar los archivos de los canales de cable encontraron la secuencia de Kosteki.
Hasta ahora sólo se tenía en claro cómo mataron a Darío Santillán. De Kosteki, en cambio, todo lo que se sabía era que le habían disparado sobre la Avenida Pavón, porque otro desocupado que corría escapando en medio del tumulto vio que estaba herido, lo cargó y lo ayudó a llegar hasta la estación de trenes.
“Ahora esta secuencia de video nos permite reconstruir su muerte”, dijo el abogado Claudio Pandolfi. Son “imágenes que transmitió Crónica TV en las que se ve a Kosteki y Santillán corriendo por Pavón, a la altura del hipermercado Carrefour. No van juntos. Corren distanciados, uno en cada punta de la columna. Maximiliano está con otros dos manifestantes y a un costado aparece Miguel Angel Paniagua (piquetero que fue herido en una pierna y es uno de los principales testigos del caso). La cámara está enfocándolos cuando se escuchan dos disparos. Paniagua se agarra la pierna y sale rengueando, Kosteki se lleva las manos al pecho y cae de rodillas. Entonces la cámara gira, como buscando de dónde provienen los disparos, hacia atrás, y muestra al comisario Fanchiotti y a Acosta. Una estela de humo sale de sus armas. Hay otro policía armado, De la Fuente, pero en ese momento está con la itaka al hombro”. Para Pandolfi, la escena compromete directamente al comisario y su chofer, ya que “se los ve disparando claramente en la secuencia donde son los únicos que lo hacen”.
Del resto hablaron los testigos.
–Me dio la yuta, me quema, llevame –le pidió Kosteki desde el piso a Carlos Leiva, quien lo auxilió y consiguió llevarlo a la estación. Las pericias forenses señalaron que el proyectil le había atravesado el pulmón derecho. Murió desangrado, en el hall.
Fanchiotti y su chofer están detenidos, acusados de homicidio en la causa que investiga las muertes de Santillán y Kosteki. El fiscal Juan José González consideró que Acosta y el comisario, que era titular del Comando de Patrullas de Avellaneda y fue jefe del operativo represivo, siguieron “de común acuerdo” un “plan” amparándose en “el marco institucional organizado en el que se desempeñaban”. La jueza Marisa Salvo consideró también que Fanchiotti debe ser juzgado por doble tentativa de homicidio; uno de esas dos víctimas es Paniagua, el desocupado que corría junto a Kosteki y recibió un balazo en la pierna izquierda.
En el último mes, los piqueteros ubicaron 50 nuevos testigos de la represión, muchos de los cuales estaban cerca de Maximiliano cuando le dispararon y que aceptaron contar lo que vieron ante la Justicia. Como se sabe, desde la masacre las amenazas contra los testigos (piqueteros, empleados de los locales de la estación y comerciantes de la zona) han sido constantes. El análisis de las imágenes permitió ubicar, por otra parte, secuencias en las que los subordinados de Fanchiotti juntan cartuchos rojos (es decir, con perdigones de metal) del piso y se los pasan al comisario para que los haga desaparecer y otras donde es el propio Fanchiotti quien levanta la evidencia.
En cuanto a Darío Santillán, aparece cien metros más allá de la estación de trenes de Avellaneda, lugar desde donde decidió volver sobre sus pasos para ayudar a los que se quedaron en el hall. Tal vez porque alguien le avisó que había un herido y pensó en ir a asistirlo, o quizás porque supo que su novia Claudia estaba allí y corría peligro.
A dos meses de los fusilamientos, la Coordinadora Aníbal Verón dio a conocer un balance de la situación. En él hablan de las “amenazas, aprietes y golpizas” que están sufriendo sus integrantes. Los desocupados advierten que “la mayor presencia de gendarmes y prefectos en nuestro territorio no haya impedido ni una sola de las decenas amenazas e intimidaciones en la zona sur del Gran Buenos Aires”, hecho que “sólo se explica si entendemos que la represión institucional y la ‘parapolicial’ se complementan y responden al mismo plan sistemático, sobre el que además de las comisarías de la zona deberían dar cuenta los intendentes del Conurbano y sus punteros políticos que conocen dónde vivimos y a nuestros compañeros amenazados”.
En el documento señalan también la actuación de policías retirados en el Puente Pueyrredón, que como reveló el domingo este diario actuaron portando armas y dando órdenes al personal policial. Uno de ellos fue identificado como Francisco Robledo, agente que está fuera de la fuerza desde hace seis años.
Este mediodía una comisión de la Coordinadora se sumará al corte del Puente Pueyrredón anunciado por el Bloque Piquetero, el Movimiento de Raúl Castells y Barrios de Pie. Junto con el reclamo por el programa Jefes de Hogar, plantearán el estancamiento de la investigación judicial.
Los desocupados dicen que en los quince cuerpos que acumula el expediente “sólo figuran las declaraciones presentadas por las víctimas o las evidencias hechas públicas por la prensa. Ningún avance sustancial fue logrado por iniciativa de la fiscalía”. De la misma manera, a pesar del tiempo transcurrido aún no se investiga quién dio la orden de la represión.