Mié 12.12.2007

EL PAíS  › UN PRIMER DIA DE CRISTINA KIRCHNER PLENO DE REUNIONES BILATERALES

El caso Betancourt al tope de la agenda

La Presidenta ocupó su primer día en la Casa Rosada con una seguidilla de reuniones bilaterales. El tema más importante fue el de Betancourt. Analizó la situación con el colombiano Uribe, con Hugo Chávez y con Yolanda Pulecio, madre de Betancourt.

› Por Fernando Cibeira

Cristina Fernández de Kirchner dedicó su primer día al frente del Ejecutivo a la agenda internacional y, dentro del rubro, el tramo más sustancioso lo ocuparon las conversaciones en torno de la situación de la ex candidata presidencial y rehén de las FARC Ingrid Betancourt. La Presidenta tomó el tema como una preocupación propia e intentó gestiones el lunes con el primer ministro de Francia, François Fillon, y ayer con los presidentes de Colombia y de Venezuela, Alvaro Uribe y Hugo Chávez. Como cierre, estuvo con la madre de Ingrid, Yolanda Pulecio, quien agradeció el “vital respaldo” de Cristina Kirchner. Todo indicaba que en las muchas reuniones registradas en estos dos días en Buenos Aires no hubo avances de fuste, pero al menos se dio cuenta de la presión de los principales países de la región para que se retomen las negociaciones.

Alvaro Uribe fue el primero de los involucrados en el caso Betancourt en reunirse ayer con Cristina Kirchner en la Casa Rosada. En su paso por Buenos Aires, el presidente colombiano se encontró con que en cada discurso tanto Néstor como Cristina Kirchner hacían mención a la situación de la ex candidata, con el aval que le había dado la carta enviada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, requiriendo la intervención del gobierno argentino. Para fijar posición, Uribe usó un tono diplomático. “La Presidenta tiene toda la preocupación comprensible por el dolor que producen las imágenes de Betancourt. Nosotros tenemos todo el dolor, pero no sorpresa, porque es lo que vivimos en Colombia hace cincuenta años”, sostuvo ayer a la salida de la Casa Rosada.

Uribe no descartó taxativamente la posibilidad de una intervención argentina –o del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien también se mostró interesado–, pero está claro que para él la mediación de Chávez, que cuenta con la simpatía argentina y de la familia Betancourt, es un tema terminado. Como contraste, el colombiano resaltó el pedido realizado por el ecuatoriano Rafael Correo o la chilena Michelle Bachelet a las FARC para que decidan la liberación unilateral de sus rehenes. La idea, obviamente, le resulta mucho más simpática que el intercambio de prisioneros.

Los visitantes de la Presidenta cumplieron el mismo ritual. A la salida del encuentro hablaron a los periodistas que los esperaban en la explanada sobre Balcarce, aprovechando el día soleado. La gente, curiosa, se amontonaba en las rejas que ahora separan la Casa Rosada de la Plaza de Mayo, atraída por el movimiento. Sólo Hugo Chávez se acercó a saludarlos.

“Hugo, ¿cuántos años tiene usted? Ojalá viva cincuenta más”, le dijo un hombre. Apenas el venezolano se arrimó a las rejas, aparecieron cámaras y celulares por todos lados, listos para registrar un recuerdo. Chávez, en su salsa, se quedó charlando de bueyes perdidos. La gente tiende a ver con más simpatía al presidente extranjero que al local.

Luego, cuando se acercó al sector de la prensa, los micrófonos se le vinieron encima. Tanto que fue inusualmente escueto en sus declaraciones y se retiró, enojado por el tumulto. Apenas alcanzó a decir que el caso Betancourt “no es un tema importante para mí ahora”. Explicó que su presencia tenía como objetivo “visitar a una presidenta que está empezando y hay que fortalecer”. El venezolano y Cristina Kirchner estuvieron reunidos por más de una hora en el despacho presidencial. A diferencia de las otras reuniones en las que sólo estuvo el canciller Jorge Taiana, en ésta también participó el ministro de Planificación, Julio De Vido.

Chávez era mediador en el caso de los rehenes hasta que Uribe se enteró de que había conversado directamente con el jefe del ejército de Colombia y se puso furioso. El gobierno argentino y la familia Betancourt evalúan positivamente la labor que realizó Chávez hasta ese momento, básicamente porque había conseguido establecer un canal de diálogo con las FARC, algo que ahora parece muy difícil de restablecer. Por la reacción de Chávez, es evidente que de lo que se conversó en Buenos Aires no hubo modificaciones respecto de la negativa del gobierno de Colombia a su mediación.

La madre de Ingrid, Yolanda Pulecio, viajó a Buenos Aires como invitada especial de Cristina Kirchner al traspaso presidencial. La mujer estuvo en todo momento acompañada de la senadora colombiana Piedad Córdoba, su alter ego en las negociaciones por el rescate. Desde que llegaron, ambas se mostraron muy contrariadas por la actitud adoptada por Uribe que, a su entender, es un retroceso a las posibilidades de liberación de Betancourt.

“Cristina Kirchner ofreció todo el apoyo, y me voy con el apoyo internacional que es muy importante”, resumió Pulecio a la salida del encuentro. “La Presidenta está dispuesta a ayudar en todo lo que se pueda”, insistió, aunque no quiso especificar de qué manera podía establecerse ese respaldo en los hechos.

Por la noche, en el Gobierno se daban por satisfechos con la bandera plantada en el tema, hasta hace poco fuera de los ítems habituales de la agenda internacional de la Cancillería. La intención del flamante gobierno de Cristina fue presentar la necesidad de imaginar una solución regional al problema e interpelar a Uribe para que no dilate más la situación. “con eso, estamos cumplidos”, aseguraban.


Incursión en el conurbano

Cristina Fernández de Kirchner hará hoy su primera incursión al conurbano como Presidenta en funciones. Será en la localidad de El Pato, en el límite entre los municipios de Florencio Varela, La Plata y Berazategui, donde se realizaron mejoras y obras de ensanchamiento de la Ruta 2. Las obras son claves para mejorar el tránsito que va desde la Capital Federal hacia la Costa Atlántica, porque en ese lugar convergen la Ruta 36 y la autovía 2. En el acto estará también el gobernador bonaerense, Daniel Scioli. Se espera que los intendentes de las localidades cercanas –Julio Pereyra (Florencio Varela), Pablo Bruera (La Plata) y Juan José Mussi (Berazategui)– movilicen gente hasta el lugar de la concentración. La de hoy será la primera actividad de la Presidenta fuera de la Casa Rosada: ayer tuvo una maratónica sucesión de reuniones en su despacho.

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