EL PAíS › CRISTINA FERNANDEZ INAUGURO UNA OBRA EN LA RUTA DOS
Fue el primer acto de gobierno para la flamante Presidenta: una obra en la Autovía 2, en Berazategui. Al discurso político le sumó un reclamo de mayor responsabilidad vial a los conductores.
› Por Julián Bruschtein
El día le jugó a favor: hubo un cielo celeste y un sol radiante. Lo que en otras épocas se hubiera denominado “un día peronista”. Con ese marco, la inauguración de un tramo de la Autovía 2 en la localidad de El Pato, en el partido de Berazategui, sirvió como excusa para que la flamante presidenta Cristina Fernández de Kirchner hiciera su primera aparición en un acto de gobierno. Lejos de los discursos políticos a los que acostumbra, pidió mayor responsabilidad vial a los conductores para “pensar en nosotros y en los otros”.
El ambiente fue descontracturado desde el comienzo. Hubo varios miles que se acercaron –embanderados en grupos detrás de algunos de los intendentes que participaron del acto– para ver de cerca a la nueva Presidenta. Se oyeron bastantes bombos, pero pocos cantitos. Todo estaba prolijamente acomodado. Los dos carriles de la autopista, a la altura del kilómetro 37, estaban preparados con sillas al frente del escenario. Las banderas anaranjadas con el apellido del intendente de Berazategui, Juan José Mussi, en contraste negro fueron las que más abundaron. Les siguieron en número las del Movimiento Evita local y de la regional La Plata.
“Hoy, en esta tarde, celebramos, no a un gobierno o una presidenta, estamos celebrando un nuevo país, que es más importante”, sostuvo Fernández de Kirchner en un tramo de su discurso, y después enfatizó que “muchas veces se cambió de presidente, de gobernador, pero siempre era el mismo país que iba para atrás. Ahora, entre todos, con esfuerzo estamos construyendo el país que va para adelante”. Al destacar la importancia de los “caminos seguros”, precisó que al conducir había que pensar “en nosotros y en los otros” y que “esto no lo hace un buen gobierno: necesitamos buenos gobiernos, funcionarios, pero buenos ciudadanos y ciudadanas que respeten la vida del otro”.
Antes, la llegada de la Presidenta en el helicóptero hizo que se comenzaran a desbandar algunos chicos que se encontraban sobre la autovía por estrenar, a quienes siguieron luego los adultos. Pero la comitiva pasó directamente al palco y a los discursos. Sin la presencia del ex presidente Néstor Kirchner, y flanqueada por el gobernador Daniel Scioli, el vice Alberto Balestrini, los ministros Julio De Vido y Florencio Randazzo, entre otros funcionarios nacionales, y los intendentes de Berazategui, de La Plata, Pablo Bruera; de Florencio Varela, Julio Pereyra, y de Quilmes, Francisco “El Barba” Gutiérrez, la Presidenta tomó la palabra después de la bienvenida del intendente anfitrión y la intervención de Scioli.
Sobre el final de su discurso, Fernández de Kirchner saludó al chofer de un camión que pasó tocando bocina: “El camionero también está contento”, festejó. Después optó por seguir con el ritual que hacía su marido: se bajó de la tarima y primero saludó a los invitados que se encontraban más cerca del escenario. Pero después se dirigió hasta la zona de las vallas y saludó a todos los que la esperaban. “¡La juventud está con vos, Cristina!”, le gritaba un grupo que sostenía banderas rojas y negras de la JP Evita, mientras dos nenes se divertían haciendo travesuras a los funcionarios.
Mientras besos y saludos se sucedían, una chica seguía el recorrido de la Presidenta. “¿Cuántas veces vas a besar a Cristina?”, la reprendió una amiga con un dejo de envidia en el tono de voz. Después, la vuelta al helicóptero rodeada de gente y la despedida. Entre las personas que se desconcentraban y que todavía seguían sobre la autovía, una nena en brazos no se cansaba de saludar al cielo.
A pesar de los rumores que indicaban que la Conferencia Episcopal iba a pedir una audiencia con la Presidenta, los obispos cerraron ayer sus deliberaciones sin hacer tal solicitud. Sin embargo, es probable que la Conferencia haga el pedido en unos días o tal vez en semanas. “Sin duda se pedirá, porque corresponde. Pero no quieren sentirse presionados por los medios ni hacer ningún movimiento en falso”, dijeron ayer voceros de la Conferencia Episcopal. Ya es una tradición que tras la asunción de un nuevo presidente los obispos le manden un saludo protocolar. Hace unos días, en la Comisión de Pastoral Social, que encabeza Jorge Casaretto, se dijo que el recambio institucional “abre un tiempo privilegiado para el diálogo”.
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