EL PAíS • SUBNOTA › LA RESPUESTA A LAS DECLARACIONES DE MOYANO
Como era de esperar, las estridentes palabras del líder de la CGT tuvieron repercusiones. Desde la Rosada, a través del flamante ministro del Interior, Florencio Randazzo, salieron a ponerle paños fríos a la polémica. “No es un desafío al Gobierno”, aseguró el funcionario, en referencia a las amenazas del día anterior de Hugo Moyano. Cristina Fernández de Kirchner no hizo mención explícita al tema en su primer acto público en la provincia de Buenos Aires.
Las intrigas comenzaron el lunes cuando, en la asunción de Fernández de Kirchner, Moyano no concurrió a la jura de ministros en Casa de Gobierno, ni movilizó al gremio de camioneros a la Plaza de Mayo. Al día siguiente, en un acto en Obras Sanitarias ante los suyos, el líder cegetista advirtió: “Siempre y cuando tengamos la posibilidad de mantener coherencia en la defensa de los derechos de los trabajadores, vamos a acompañar. Pero si esto no ocurre, estaremos del lado de enfrente”, aseguró.
Ayer, tanto la Federación Argentina Unión Personal de Panaderías y Afines (Fauppa), como la Asociación Obrera Textil (AOT) y el Sindicato Unico de Trabajadores del Espectáculo Público (Sutep) respaldaron las palabras del dirigente.
En aquel momento, el diputado nacional y titular del PJ bonaerense, José María Díaz Bancalari, ya había hablado en defensa del Gobierno: “No sé a qué obedecen sus expresiones. Habría que consultar a Moyano por qué dijo eso. Pero no entiendo porque no hay ninguna circunstancia objetiva para deducir que éste no es un gobierno que no rescate la recuperación de las conquistas sociales de los trabajadores”, afirmó. En la misma línea, Randazzo aseguró ayer que la mandataria “tiene como cuestión central el tema de la calificación del trabajo”. “No creo que el mensaje esté dirigido al Gobierno. Nosotros venimos a profundizar el proceso iniciado por (Néstor) Kirchner, que, tras cuatro años de gestión, dejó las tasas de desocupación debajo de los dos dígitos, bajó la pobreza y la indigencia”, agregó.
La jugada de Moyano debe enmarcarse en la interna abierta adentro de la CGT, en la que el gastronómico Luis Barrionuevo busca desde hace tiempo destronarlo. En medio de esta batalla, el camionero pretendió buscar el apoyo del nuevo gobierno. Para eso, una semana atrás, le solicitó un encuentro privado a la Presidenta en la quinta de Olivos. Si bien se mantuvo bajo un estricto hermetismo lo conversado en aquella reunión, se infiere que la mandataria le dijo, como luego anunció desde el Congreso, que no apoyará a ningún dirigente en la elección de autoridades de la central sindical, que se realizará en junio próximo. Moyano, entonces, optó por poner las cartas sobre la mesa.
Desde el entorno moyanista, no obstante, se preocupan por subrayar que con la actual gestión, Kirchner nunca debió hacer frente a un paro. En la otra vereda depositan a Barrionuevo, quien apostó, recuerdan, en contra del ex presidente en las elecciones a gobernador de 2003 en Catamarca. Y, para confirmar que su relación con el ex mandatario está viva todavía, le aseguraron a Página/12 que, el martes pasado, Moyano y Kirchner intercambiaron unas palabras en la asunción de un “amigo en común”, el dirigente metalúrgico e intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto.
Informe: Diego González.
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