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Desde Rosario

La victoria de Antonio Bonfatti en las primarias de Santa Fe le abrió la puerta de la política nacional al gobernador Hermes Binner. Con la llave de este triunfo, Binner decidirá en los próximos días cuál de los dos caminos posibles va a tomar. Una opción es aceptar el convite del radical Ricardo Alfonsín para acompañarlo en la fórmula presidencial; la otra, encabezar una propuesta de centroizquierda que incluya a Proyecto Sur de Fernando Solanas en Capital, al senador Luis Juez en Córdoba, al GEN de Margarita Stolbizer en Buenos Aires y a la CTA de Víctor De Gennaro. Hasta hace unos meses, todo parecía indicar que el socialista se inclinaba por la primera opción. Pero las negociaciones de la UCR con Francisco de Narváez, sumadas a la crecimiento en intención de voto de la presidenta Cristina Fernández, congelaron los avances en ese sentido y alentaron en cambio la segunda alternativa, que no resigna la “identidad” programática del Frente Progresista.

Las características personales de Binner mantenían incluso hasta ayer por la noche un cúmulo de dudas respecto de su futuro, tanto en el socialismo como en el radicalismo, el GEN y Proyecto Sur. Esta semana, una vez analizado el resultado, la mesa directiva del PS se reunirá para tomar una definición, que luego será ratificada por el congreso nacional del 4 de junio. Dirigentes de su entorno ratificaron que Binner quedó catapultado a las ligas mayores. “Hermes va a trabajar para consolidar un frente progresista pero centrado en un eje programático, que va a marcar cuáles son los límites”, señalaba anoche uno de los dirigentes más importantes del bunker del gobernador.

El acuerdo avanzado entre la UCR y De Narváez será el principal punto a resolver para definir qué camino seguir. Los socialistas se resisten a aceptar la alianza que los radicales plantean como un acuerdo “limitado a la provincia de Buenos Aires”. Públicamente expresó su rechazo el secretario general del partido, Carlos Roberto, además del Consejo bonaerense y el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz.

El GEN, de Margarita Stolbizer, se había manifestado en el mismo sentido pero anunció que iniciará esta semana una ronda de consulta por la provincia para tomar una decisión final. “Este resultado coloca al Partido Socialista ante la responsabilidad y la oportunidad de ser proa de un frente nacional que aglutine a todas las fuerzas progresistas”, señaló el diputado y vocero del partido, Gerardo Millman. El GEN busca que sea Binner y no un radical quien encabece el denominado Frente Progresista.

En el entorno de Ricardo Alfonsín anoche celebraron por partida doble. Por un lado, el intendente de Santa Fe, el radical Mario Barletta, se consolidó en un segundo lugar, lo que fue interpretado como un signo de la recuperación partidaria en la provincia. Además, el candidato a vicegobernador de Bonfatti es un radical, Jorge Henn, alineado con el alfonsinismo. Por otro lado, el resultado les despeja el camino para avanzar con la fórmula con Binner. “Nosotros no lo vemos disputando la presidencia. Entendemos que ellos lo planteen para posicionarse mejor, eso no nos molesta”, desdramatiza un hombre del círculo más cerrado de Alfonsín.

Si la persuasión no funciona y los socialistas se mantienen reacios a aceptar al Colorado, los radicales ya les adelantaron que una ruptura a nivel nacional repercutirá indefectiblemente en Santa Fe. “Alfonsín es la garantía de que el acuerdo con De Narváez va a ser solamente distrital, ahora si ellos rompen y nos hacen un quilombo, los vamos a sacar de la cancha”, resume con crudeza un operador radical todo-terreno. La elección general en la provincia será el 24 de junio. Binner es consciente de que si quiere tener chances como candidato a presidente, el socialismo no puede perder el poder en el único distrito que gobierna y para eso necesita el respaldo total de la UCR local.

Todas las cartas ya están sobre la mesa. Le toca ahora al socialismo hacer su última apuesta.