Dom 22.09.2002

EL PAíS • SUBNOTA

“El que falló fue el hombre”

Dolores Ingamba, madre de Ezequiel Demonty y evangelista practicante, consideró que los que asesinaron a su hijo “son seres humanos” y sostuvo que en el caso “el que falló fue el hombre, no el uniforme”. La mujer hizo declaraciones en caliente, a poco de corroborar que el cuerpo hallado en el Riachuelo era el de su hijo. “Lamentablemente el hombre que falló tenía un uniforme. Yo tendría miedo si involucrara a toda la policía y no lo hago”, dijo Dolores ante los periodistas. Entrevistada en su casa del barrio Illia, en la zona sur de la Capital Federal, la mamá de Diego habló en forma pausada, evitó cualquier atisbo de rencor y dejó lo que vendrá “en manos de Dios y de la Justicia terrenal”.
“Yo soy cristiana evangélica y tengo mi familia de sangre y la de la Iglesia y pienso que los policías tienen a su familia, la de la Policía, y así como uno tiene hijos malos y tiene hijos buenos, yo no involucro a toda la policía. Sé que así como hay policías buenos, hay policías malos”, fue su reflexión en voz alta. La mujer opinó que los policías involucrados actuaron mal “porque tienen un corazón alejado de Dios; la persona que tiene un corazón cerca de Dios no tiene esa maldad”.
Dirigiéndose a los que provocaron la muerte de Ezequiel, su mensaje fue el siguiente: “Les quiero decir que se arrepientan de corazón y que vuelvan a Dios porque es la única forma que tienen para seguir existiendo”. Deseó que en el futuro “estas cosas no pasen nunca más, que se acabe la violencia. Mi hijo está pagando un precio muy alto por esto. El era un chico sano”. Como un sereno reproche ante la movilización de los medios, apuntó que lo ocurrido “no es para espectáculo ni para show; lo que le pasó a mi hijo es para que de esto salga algo bueno, que no haya más violencia ni de unos ni de otros”.
La mamá de Ezequiel admitió que hasta último momento esperó que su hijo fuera encontrado vivo. “El chico no tenía maldad y le sacaron la vida, pero esto no tiene que pasar nunca más”.
Recordó que era “un chico hermoso, dulce, cariñoso. No era violento para nada. Era un chico común”. Dijo que esperaba “la Justicia divina, que es la principal” y también que le dé “una respuesta” la Justicia de los hombres.

Nota madre

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