Desde Rosario

“Si estuviera con nosotros, el Che se sentiría feliz de lo que está ocurriendo en Venezuela. Y estaría respaldando las ideas de Evo (Morales) como la realización tardía de lo que él mismo hubiera querido para Bolivia.” La frase fue la más aplaudida de la noche en el Teatro El Círculo. La dijo el embajador de Cuba, Aramis Fuente Hernández, en el acto oficial de inicio de los festejos, abiertos por el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, y el intendente local, Miguel Lifschitz.

En ese un teatro bellísimo, que es la joya de la ciudad, hubo más de mil invitados. La gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, la diputada Victoria Donda y Luis D’Elía fueron de los más conocidos. Estaba el ex jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra, que se sentó junto al diputado Miguel Bonasso.

De los familiares del Che fueron sus hermanos Celia, Juan Martín, Roberto y Ramiro y sus hijos Aleida, Celia, Camilo y Ernesto. Alberto Granado, el amigo de la juventud que compartió con él su primer viaje por Latinoamérica, llegó en silla de ruedas; estuvo acompañado por Carlos Calica Ferrer, quien hizo con el Che su segundo viaje. Ambos recibieron el saludo más cálido del público, que también fue efusivo cuando la locutora anunció que están las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. El intendente de Morón Martín Sabbatella, Humberto Tumini, de Libres del Sur, y el banquero Carlos Heller fueron otros de los llegaron para la celebración.

El acto comenzó con un video de una entrevista en la que el Che habló de su vínculo con su ciudad natal. “Decir que hoy vuelve a Rosario no es sólo una frase ingeniosa”, consideró después Lifschitz. La idea de que el Che vuelve a Rosario es el slogan central de estos homenajes. El intendente agradeció a Andrés Zerneri haber impulsado la realización de la escultura del Che como una obra de arte participativa y su idea de que la misma gente eligiera también cuál debía ser su emplazamiento. Más del 40 por ciento votó a Rosario.

Durante el acto hubo pocas menciones al conflicto rural. El embajador hizo la única alusión directa al comentar que el campamento de la juventud había reunido a dos mil participantes y espera otros dos mil que no pudieron llegar por los cortes de ruta. Binner mencionó a la Sociedad Rural, pero muy de costado, al recordar que cuando murió el Che, la Argentina sufría un nuevo golpe de Estado. “El del megalómano Juan Carlos Onganía –precisó–, que en una carroza tirada por seis caballos blancos llevó al príncipe de Edimburgo a la Sociedad Rural”. Pero habló de la pobreza y de la “inmoralidad” de un país en el que hay gente que gana cincuenta veces más que otra. “América latina puede vivir con lo que tiene, porque le sobra; lo que le falta es entender el mensaje del Che.”