–¿Playa o montaña?

–En el verano siempre prefiero la playa. En invierno algún fin de semana largo me voy a las sierras.

–¿Y en la playa, es pachorra o hiperactivo?

–Tranquilo. Leo mucho, camino y estoy con la familia.

–Los chicos lo acaparan.

–Tengo cuatro hijos, uno de 21 y otro de 20 viven en España y dos más chicos, de 9 y 8 años, que son con los que veraneo y en las vacaciones tienen un nivel de demanda mayor. Los diputados del interior tenemos una vida familiar restringida porque volvemos a casa los fines de semana. Cuando tenés chicos en edades donde los cambios de un año a otro son grandes, por ahí descubrís todas las cosas que te fuiste perdiendo o que no percibiste en el momento. Tampoco hay que victimizarse, porque la verdad que un laburante común tiene las mismas complicaciones y niveles de estrés.

–Dijo que leía mucho. ¿Qué leyó en estas vacaciones?

–El libro de Felipe Pigna referido a la etapa del ’45 al ’55 en la Argentina, una recopilación de cuentos y notas periodísticas del Gordo Soriano y una novela policial de Truman Capote.

–¿Mate? ¿Truco?

–Mate sí, es algo muy presente para mí, no sólo en vacaciones.

–¿El asado lo hace o sólo lo come?

–Lo hago y lo como. Es un asado muy de cabotaje: un poco de vacío, un poco de tira, chorizo, morcilla y por ahí alguna achura. Me animo para la familia, si hay más gente ya no.