EL PAíS • SUBNOTA › LAS DEFINICIONES DE URTUBEY Y SU DISTANCIAMIENTO DE KIRCHNER
Lo primero que se ve al entrar al despacho de Juan Manuel Urtubey es una camiseta de Juventud Antoniana, club salteño que milita actualmente en el Argentino A. También hay un escudo de la Unión Argentina de Rugby, algunas fotos, una computadora con pantalla enorme y un mapa de la provincia, dividido en los 23 departamentos, en los que el gobernador iba marcando con chinches de colores las novedades de la jornada electoral que recibía de manera permanente a través de una moderna MacBook negra y un Blackberry del mismo color, casi tan grande como su mano.
“Hay que abandonar la lógica mesiánica y modificar la forma de hacer política”, marcó la cancha el gobernador al comienzo del encuentro que mantuvo con periodistas de medios nacionales, durante casi una hora, en ese despacho de la Casa de Gobierno. “Yo quiero ser presidente, secretario general de la ONU... y papa no, porque tendría que haber sido cura, pero si no...”, contestó el salteño con ambigüedad cuando fue consultado sobre su futuro. También sostuvo que planea ir en 2011 por la reelección en su provincia (sería la primera de las dos permitidas por la Constitución local), aunque una oferta tentadora sería difícil de rechazar.
Dentro del PJ hay algunos dirigentes, como Alberto Fernández y –según dicen– Eduardo Duhalde, que no ven con malos ojos promoverlo para cubrir el cráter que habría dejado Carlos Reutemann en la candidatura presidencial. “Eso sí –aclaró Urtubey–, de vice no iría. Yo quiero quedarme en Salta, y además soy joven y no tengo apuro. Ya sabemos qué pasa con los vicepresidentes en Argentina”, acotó.
Urtubey, que supo ser uno de los principales aliados del gobierno nacional, ahora intenta desmarcarse para ganar margen de maniobra. “Argentina necesita un gobierno progresista de verdad, un poco más horizontal”, manifestó, para “salir de la pobreza con legitimidad”. En la charla sostuvo que “Néstor Kirchner dio todo lo que tenía que dar y fue un buen presidente”, pero que “él mismo se dio cuenta de que tenía que irse: eso le va a reservar un lugar en la historia”. “Los que dieron todo, ya dieron todo”, concluyó.
También sostuvo que “no hay una cohesión política detrás de la liga de gobernadores” y que “tanto Kirchner como Duhalde tienen mucho que aportar al peronismo”. De todas formas, cree que “el Partido Justicialista tiene que abrirse y hacer alianzas” para mantenerse a tono con los tiempos que corren. “Siempre dentro del centroizquierda, que es su lugar histórico”, completó el diagnóstico.
Consultado acerca de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, indicó que se está “desperdiciando una ocasión histórica para hacer una ley de medios”. Sin esquivar la polémica, opinó que “la libre expresión es inescindible de la libre empresa” y que “no es razonable dar una regulación federal para emisoras de baja frecuencia y alcance”, ya que “el que quiere poner una radio en Iruya tiene que cumplir con los mismos requisitos que el dueño de Radio 10”.
A medida que avanzaba la tarde, el mapa de Salta se poblaba con chinches azules, que representaban a los diputados propios, y blancas, para los aliados. Urtubey, distendido, bromeaba acerca de su hegemonía a nivel provincial y auguraba el final de la era romerista. Aunque los números finales no eran anoche los que prometía el mapa pinchado, el gobernador tendrá dos años para desarrollar sus políticas en un contexto más que favorable, a la vez que hará equilibrio entre la voluntad de continuar con su trabajo a nivel provincial y la tentación de intentar un viaje de ida hacia la Casa Rosada.
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