Mié 21.10.2009

EL PAíS • SUBNOTA  › MáS ALLANAMIENTOS DEL JUEZ OYARBIDE

Con nuevas pruebas

› Por Irina Hauser y Raúl Kollmann

El juez Norberto Oyarbide ordenó ayer el allanamiento del edificio de la Policía Metropolitana y, en especial, las oficinas del jefe de la fuerza, Osvaldo Chamorro, y de otro ex integrante de la Policía Federal, Roberto Ontiveros, ambos hombres de confianza de Jorge “Fino” Palacios. El magistrado busca elementos que confirmen la sospecha de que el espía Ciro Gerardo James ya trabajaba, desde julio, de forma encubierta, en la Metropolitana. Durante ese período encabezó una operación de espionaje, escuchando en forma ilegal al integrante de la agrupación Familiares de las Víctimas de la AMIA Sergio Burstein y al productor televisivo Carlos Avila. El espía James registró 150 llamados a un teléfono de ARPA Organización de Seguridad, una empresa de Palacios, pero lo significativo es que la mayoría de las comunicaciones se cursaron a través de la antena que está en la zona de la Metropolitana, lo que confirmaría la versión de que James ya tenía una oficina en ese edificio.

Los hombres de Oyarbide se llevaron computadoras, listados de personas que se estaban por alistar en la Metropolitana y otra documentación relacionada con el funcionamiento de la fuerza porteña. Además de las oficinas de Chamorro y Ontiveros –un ex jefe de Inteligencia y de Drogas de la Federal que también trabajó con Palacios en la Unidad Antiterrorista–, fue allanado el despacho del jefe de personal, Eduardo Orueta.

A esta altura de la investigación, hay numerosos elementos probados, lo que seguramente llevará a que a partir de hoy o mañana Oyarbide dicte el procesamiento de los detenidos:

- Ciro James, porque aparece como el principal protagonista del espionaje. Involucró de forma descabellada a Burstein y Avila en un homicidio en Misiones y con ese argumento consiguió que dos jueces de esa provincia intervinieran los teléfonos. Para redondear la operación, era James quien retiraba de la SIDE las cintas de las escuchas telefónicas.

- Tres policías misioneros, uno de ellos un alto jefe, Rubén Quintana; el titular de Homicidios, Raúl Rojas, y el oficial de Inteligencia Diego Guarda. Todos ellos fueron parte del armado de la causa trucha en Posadas, la base para justificar las escuchas a Burstein y Avila.

Como es obvio, la investigación no concluye con los que protagonizaron la operación, sino que se busca la organización que cobijó la maniobra y para quienes se hizo el espionaje.

Por de pronto, buena parte de las pruebas apuntan contra Fino Palacios, designado al frente de la Metropolitana cuando estaba gravemente cuestionado por el caso AMIA y era inminente su procesamiento, entre otras cosas, por falsedad ideológica, ocultación de pruebas y delitos muy ligados a lo que fue su actuación como jefe policial. Mauricio Macri intentó mantenerlo en el cargo contra viento y marea, pero ya se está demostrando que mientras ya revistaba en la Metropolitana fue incorporando personajes oscuros como James.

La empresa ARPA Organización de Seguridad, que es propiedad de Palacios –el nombre surge de las primeras letras del apellido de la esposa del Fino, Ares, y su propio apellido, Palacios–, confirmó ayer que James se comunicaba con un celular Nextel que estaba en poder del propio Palacios. Hay cerca de 150 llamadas entre uno y otro, lo cual demuestra que James no era un mero aspirante a entrar a la Metropolitana.

Además, hay numerosas comunicaciones con el actual jefe de esa fuerza, Chamorro, algo que desmiente su declaración judicial. Chamorro afirmó que sólo vio dos veces a James, que prácticamente no lo conocía y que era un aspirante más. El cruce de llamadas demuestra, nuevamente, que no era un aspirante común.

En la causa judicial hay todavía varios interrogantes:

- No se sabe por qué y por orden de quién James tenía un contrato en el Ministerio de Educación porteño. No existe ninguna prueba que confirme que realizaba alguna tarea allí.

- No está claro para quién se hacía el espionaje a Carlos Avila. Todo indica que tenía que ver con las transmisiones de fútbol y el conflicto entre la AFA y la ex empresa de Avila, Torneos y Competencias. Avila mantenía muchos diálogos con el gobierno nacional en el momento del estallido del contrato, hace dos meses, justito cuando lo espiaban.

- No se sabe a quién más espiaba James y por orden de quién. Hay intensos rumores de que existirían otras escuchas ilegales. Es probable que Oyarbide oriente su trabajo a la búsqueda de esos cabos sueltos.

- Si la especialidad más notoria de James era el espionaje, aún no está claro qué iba a hacer exactamente en la Metropolitana. Por ahora no se ha dicho en forma oficial que en esa fuerza se organizaría un equipo de inteligencia.

- Si existió un James, no se puede descartar que existan otros. En el juzgado tendrán que leer con cuidado las listas de incorporados y personas por incorporar. Y, además, habrá que verificar si otros postulantes o efectivos de la Metropolitana también retiraban cintas de la SIDE.

El fiscal Alberto Nisman pedirá hoy una batería de más de treinta medidas de prueba. Todo indica que habrá más novedades en los próximos días. El expediente produce sorpresa tras sorpresa.

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