EL PAíS
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Superficial y profundo
por Luis Alberto Quevedo
Sin hacer futurología, el hecho político por excelencia de 2003 será la resolución electoral, no por el enigma de quién será el nombre del futuro presidente, sino porque en estas elecciones se va a jugar de manera muy fuerte cuál será el modelo económico y político de ahora en más. Estará en juego si habrá vuelta atrás en los tibios cambios forzados que se produjeron este año que marcaron un modelo económico más ligado a la producción y la exportación y creador de empleo, o volvemos al modelo neoliberal dominante de estos últimos 20 años. Esta resolución del modelo económico, que puede profundizar el neoliberalismo de los ‘90 o generar un perfil productivo exportador con mayor inclusión social, se vislumbrará este año y va a marcar el destino de los próximos, más allá de quién sea el presidente. Candidatos hay de los dos lados, populistas liberales,liberales más ortodoxos como Ricardo López Murphy, o un modelo de mayor inclusión social y crecimiento con equidad, como el que plantean Elisa Carrió o Néstor Kirchner. El nombre del Presidente va a ser el gran tema político de superficie. El tema económico de superficie será el acuerdo con el FMI. Pero el tema no está acotado al acuerdo con el FMI sino sobre qué consensos nacionales se lleven a cabo las negociaciones. Argentina va a llegar al acuerdo, ningún candidato planea romper. La diferencia está en qué tipo de acuerdo y qué modelo se plantee. Lo decisivo es si se profundiza o no el quiebre, y creo que sí es posible que se profundice, porque 2002 dejó una huella profunda y mostró claramente las consecuencias de un modelo de exclusión, hambre y de un mercado de trabajo tan devastado. Estas son las consecuencias del neoliberalismo en Argentina y en la región. Hay que hacer un aprendizaje en la sociedad.
* Sociólogo.
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