Sáb 07.08.2010

EL PAíS • SUBNOTA  › HANSEL STEGEMANN PRESENTó EL AMPARO

“Son cerca de diez calles”

› Por Laura Vales

“Es insólito que mientras se juzga a los integrantes de los gobiernos de facto en materia de derechos humanos sigamos acatado las normas que ellos dictaron”, apunta Hansel Stegemann. Abogado, miembro de la organización Peronismo Militante, integrante de la Unión de Empleados de Justicia de la Nación –donde integra la comisión directiva de la seccional Buenos Aires–, Stegemann es quien presentó el pedido de amparo por el nombre de las calles porteñas.

–¿Cómo surgió la idea?

–Por una iniciativa anterior. Primero presentamos una medida cautelar, que el juez Roberto Gallardo resolvió favorablemente, que ordenó retirar de la fachada de la Jefatura del Gobierno porteño unas placas que homenajeaban a funcionarios de facto. Ahí advertimos que todavía quedaban muchos otros lugares, plazas, calles, escuelas. Por eso se presentó este amparo.

–¿Cuántas calles con nombres funcionarios de dictaduras hay en Buenos Aires?

–Alrededor de diez calles, hay además dos escuelas y algunas plazoletas. La plaza Aramburu ya fue cambiada, y la plaza Lonardi está en proceso de cambiar de nombre.

–¿Son de distintas dictaduras o todos corresponden a la misma época?

–La mayoría son del golpe del ’30, con la particularidad de que fueron puestos por la última dictadura. Es decir, la última dictadura no se autohomenajeó, pero homenajeó a la dictadura del ’30. Y también la del ’55, con Lonardi y Aramburu.

–¿Qué calles usó? ¿Tapó con nombres de militares calles que recordaban a militantes populares, por ejemplo? ¿O eligieron por la importancia de la calle en sí?

–Entre las medidas que pedimos hubo una que la jueza no resolvió, y es el pedido de que declare la inexistencia jurídica de todas las normas de facto dictadas para la nomenclatura urbana. Si hubiera hecho esto, la calle Monroe, por ejemplo, volvería a tener el nombre de Juan Manuel de Rosas. Y volvería a existir la Avenida del Justicialismo. Que declarara la inexistencia jurídica de las normas dictadas por gobierno de facto era incluso más importante, porque aunque en este caso se refiriera a la nomemclatura de urbana, sentaría un antecedente jurídico para otras normas de la dictadura, como la Ley de Entidades Financieras.

–¿Ya le hicieron el chiste de Perón?

–(Se ríe) ...Sí, que según mi argumento también hay que cambiarlo. Pero no es así: el motivo por el cual la calle se llama Perón es homenajearlo como presidente constitucional.

–Este amparo, ¿se va a aplicar al caso de Roca?

–No, porque no fue funcionario de facto. Sí a la plaza Ramón Falcón. Pero a la calle Ramón Falcón, en cambio, no.

–¿Por qué?

–Porque era policía, no funcionario de gobierno. Pero como la plaza Ramón Falcón fue bautizada así por la última dictadura, sí se aplica el amparo.

–¿Es apelable el fallo?

–Sí, pero hay que ver si el macrismo lo apela. No creo que se oponga a sacar de las calles los nombres de los funcionarios de facto... (lo piensa) Bueno... puede ser, después de todo nombraron a funcionarios como (Abel) Posse. Todo puede pasar.

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