EL PAíS • SUBNOTA › MAURICIO MACRI CONTRA LA POLíTICA MIGRATORIA
Tal como lo había hecho con la toma del Parque Indoamericano, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, volvió ayer a responsabilizar a la política inmigratoria del país por la ocupación de terrenos en la ciudad. Aunque el desalojo del Club Albariño de Villa Lugano se llevó a cabo de forma pacífica, Macri criticó el accionar del gobierno nacional, al señalar que “tardar 18 días es un tiempo inaceptable” para un desalojo. “Me pongo en el lugar del vecino, no podés irte a dormir cada noche pensando que hay delincuentes al lado de tu casa”, remarcó. El primero en salirle al cruce fue el ministro de Economía, Amado Boudou, al que se le sumó el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, quien se diferenció por la metodología que adoptó su gestión frente a las tomas. En tanto, el senador del FpV Daniel Filmus recordó que “si Macri hubiera cumplido su promesa de campaña de urbanizar las villas y hacer 10 mil viviendas por año, en la ciudad no hubiera habido ninguna crisis habitacional”. La UCR porteña también lo cuestionó.
“Lo que hay que hacer es desalojar y me parece que tantos días alterando la paz de la gente es un tiempo inaceptable. Es muy fácil para el que gobierna y vive lejos de la zona. Pero hay que vivir pared de por medio con esos pibitos que son tan pesados como describió el juez que intervino”, aseguró Macri durante el acto de lanzamiento del plan para otorgar 8 mil soluciones habitacionales en la ciudad. El proyecto se enmarca en el acuerdo alcanzado con el Ejecutivo nacional durante la toma del Indoamericano, por el cual la gestión PRO se había comprometido a realizar un plan de inversión en materia de vivienda, complementado por un monto equivalente desde la Nación. En ese sentido, el jefe comunal reclamó premura al Ejecutivo nacional para liberar los fondos. “Esperemos que reaccione rápido y nos acompañe. Las demoras van a depender de que la Nación dé rápido su contraparte. Ellos dijeron que nos van a acompañar poniendo un peso por cada peso que pongamos nosotros”, subrayó Macri.
Por su parte, la ministra de Seguridad Nilda Garré defendió el desalojo “pacífico” que tuvo lugar en el predio de Villa Lugano. “Lo del Club Albariño ha sido un ejemplo. La solución no es el desalojo violento, los temas requieren tiempo”, indicó Garré (ver aparte).
Por su parte, Boudou, que aspira a ser el candidato del Frente para la Victoria para suceder a Macri, ya había fustigado al jefe de Gobierno al asegurar que “es lamentable que a tres años de ser elegido, Macri diga que recién ahora va a empezar un plan de viviendas”.
El gobernador Scioli, en tanto, aclaró que su gestión buscó solucionar las tomas “con racionalidad y equilibrio”. “Imagínense los problemas que tendríamos si no estuviéramos haciendo esto así en una provincia que es 1500 veces más grande que la ciudad de Buenos Aires”, dijo al contrastar la actitud del macrismo. “Nosotros trabajamos en la cuestión de fondo”, afirmó, al indicar que “entregamos 69 mil escrituras, hicimos planes de vivienda, y desarrollamos programas de urbanización para mejorar los asentamientos y la situación habitacional”.
A su vez, el jefe de la UCR porteña, Carlos Mas Vélez, criticó al macrismo al sostener que la ciudad evidencia una “ausencia absoluta del Estado”, de manifiesto en “la nula” política habitacional del PRO, entre otros cuestionamientos.
Durante su presentación en el Auditorio del Centro de Formación e Información Ambiental de la Ciudad, junto al jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta y el titular de la Corporación Sur, Humberto Schiavoni, el jefe de Gobierno también dijo que no quería confrontar, pero alertó que en “el país no hay una política habitacional”. “La Argentina no tiene hoy una política habitacional, no tiene una visión integral para ofrecerle a los que vienen de otros países a vivir aquí”, agregó, y volvió a cargar contra la política migratoria al afirmar que el gobierno nacional “no sabe, no conoce quiénes son los que vienen”, en alusión a la supuesta falta de controles fronterizos.
Filmus, por su parte, le dijo a Página/12 que “el distrito donde menos creció la población de acuerdo al Censo 2010 es en la Ciudad de Buenos Aires, por lo que Macri no le puede echar la culpa al crecimiento de la inmigración”. En ese sentido, agregó que “sus propios legisladores aprobaron las leyes que regulan la inmigración en ambas cámaras”, y que “si no hubiera abandonado el espacio público y hubiera cumplido su promesa de campaña de urbanizar las villas y hacer 10 mil viviendas por año, no hubiera habido ninguna crisis habitacional”.
La perlita del día fue el mensaje por Twitter de la siguiente frase por parte de Rodríguez Larreta: “Estoy muy contento de que por fin hayamos logrado resolver el conflicto del Club Albariño”. Numerosos internautas de la red social respondieron durante horas con ironía, mencionando situaciones y episodios que estaban distantes de haber sido solucionados por el gobierno porteño, como el rescate de los mineros chilenos.
Informe: Gabriel Morini.
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