EL PAíS • SUBNOTA › LOS FUNDAMENTOS DE LA SENTENCIA
El voto mayoritario de la sala III de la Cámara de Casación Penal interpretó que el ex gerenciador de Cromañón, Omar Chabán; su mano derecha, Raúl Villareal, y la banda Callejeros actuaron con “negligencia” e “imprudencia”, pero nunca se representaron que podían causar una tragedia en el boliche de Once.
En sus fundamentos, la camarista Liliana Catucci afirmó que “con sólo recordar que Chabán, (el manager Diego) Argañaraz, Villarreal y los demás integrantes del grupo Callejeros estaban presentes en el lugar, queda descartado de plano un quehacer doloso” y remarcó que, “de lo contrario, ellos mismos hubieran sido las primeras víctimas”.
“Entiendo que este lamentable hecho es atribuible, en primer término, a la negligencia e imprudencia de los organizadores del espectáculo, quienes violaron el deber de cuidado que debían observar”, sostuvo la jueza en su voto, similar al de su colega Angela Ledesma. Catucci recordó los incendios anteriores ocurridos en el local, que fueron apagados por Chabán y sus empleados con una manguera y vasos, y entendió que la noche del 30 de diciembre de 2004 el ex gerenciador “confió en que, de producirse fuego por el uso de pirotecnia, iba a poder evitar que se propagara y generara un peligro común”.
“Con esos antecedentes es dable suponer, al menos con el beneficio de la duda basada en la razón de su propia supervivencia, que Chabán por sus experiencias confiaba en que de reiterarse el fuego la noche del recital de Callejeros iba a poder sofocarlo sin mayor dificultad y sin llegar a un peligro típico”, agregó.
Sobre Callejeros, Catucci dijo que “conocían la posibilidad de que se produjera un foco ígneo”, pero esto “no ha de tomarse como sinónimo de una actividad presidida por un elemento intencional”. “No existen elementos para suponer que buscaban el resultado acaecido”, dijo la jueza y remarcó que “cobra relevancia el hecho de que ellos mismos, así como familiares y amigos de la banda, estaban presentes en el salón y algunos no salieron con vida”.
“Ha de recordarse que fue precisamente Diego Argañaraz quien sufrió la muerte de su esposa Romina Branzini; Eduardo Vázquez, de su madre; Patricio Santos Fontanet, de su novia; Maximiliano Djerfy, de cinco parientes, sin descontar las lesiones de muchos otros allegados que los mantuvieron hospitalizados durante largo tiempo”, subrayó.
En tanto, el camarista Eduardo Riggi votó en disidencia con sus dos colegas y había considerado que estos imputados debían ser condenados por el delito de “estrago doloso seguido de muerte en concurso real con cohecho”. Es decir, Riggi propiciaba la misma figura aplicada en el juicio oral para Chabán, pero que también alcanzara a Callejeros, a Villareal y al ex subcomisario Carlos Díaz.
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