EL PAíS • SUBNOTA › EL ACTO DE LA CGT CONVOCó A SCIOLI, MINISTROS, DIPUTADOS Y DIRIGENTES DE DIFERENTES LíNEAS DEL KIRCHNERISMO
No fue la Presidenta, pero a cambio el elenco de ministros estuvo casi completo. Daniel Scioli fue el único gobernador y se sentó a la derecha de Moyano. Aceptación al proyecto de participación en las ganancias.
› Por Miguel Jorquera
En la calle, a lo largo de ocho cuadras sobre la avenida 9 de Julio, y en el palco del acto del Día de los Trabajadores, Hugo Moyano ratificó su poderío sindical y político. Sobre un escenario de 40 metros, el líder de la CGT y de los camioneros sentó a casi todo el gabinete nacional y al gobernador bonaerense Daniel Scioli, paró en las gradas levantadas a su espalda a dirigentes de diferentes corrientes del oficialismo, intendentes bonaerenses, legisladores y casi un centenar de secretarios generales de distintos gremios. Desde allí pidió a la Presidenta que vaya por su reelección, reclamó lugares en las listas para el movimiento obrero y el avance en el Congreso del proyecto de la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas.
El enorme palco montado sobre el centro de las avenidas 9 de Julio y Belgrano, de espalda al histórico edificio del Ministerio de Desarrollo Social y mirando hacia Constitución, tenía toda la iconografía sindical, peronista y de alineamiento con el gobierno nacional.
Sobre ambos flancos y a todo lo alto del escenario se colocaron dos gigantografías de Juan y Eva Perón. “Día del Trabajador. Argentina 2011”, decían los carteles que embanderaban el piso y el techo del palco, acompañados por el logo de la CGT y el escudo del Partido Justicialista. Como telón de fondo, una imagen gigante de Néstor Kirchner, sonriente, con la bandera argentina de fondo y el pulgar en alto.
A la hora de completar la extensa mesa que ocupaba casi todo el escenario y sus gradas, el camionero logró juntar a representantes de toda esa iconografía. Se sentó en el medio, flanqueado por el gobernador Scioli y el ministro de Planificación, Julio De Vido. A lo largo de la mesa se acomodó casi todo el resto del elenco ministerial. A su izquierda, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y los ministros Florencio Randazzo (Interior), Julio Alak (Justicia), Débora Giorgi (Industria) y el secretario legal y técnico Carlos Zannini. Del otro lado se ubicaron Carlos Tomada (Trabajo), Amado Boudou (Economía) y Oscar Parrilli (secretario general de la Presidencia), luego se sumó Juan Manzur (Salud). También tuvieron un asiento en el escenario los popes de la conducción cegetista, entre ellos Julio Piumato (Judiciales) y Juan Carlos Schmidt (Dragado); el intendente de Tres de Febrero y dirigente metalúrgico, Hugo Curto; el abogado cegetista y diputado Héctor Recalde y el también diputado Omar Plaini (Canillitas). Además del secretario de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, en medio de los dos hijos de Moyano y supuestos adversarios suyos en la interna kirchnerista: Pablo (Camioneros) y Facundo (Peajes), además líder de la Juventud Sindical.
Moyano tuvo una deferencia con los ministros. Los esperó en el tercer piso del edificio de Lima 265 donde funciona la Cámara de Concesionarios. Allí reunió a De Vido, Boudou, Randazzo, Tomada, Giorgi y Scioli. Con todos ellos y junto a sus hijos, Moyano caminó los 150 metros que lo separaban del palco.
Descontracturados y con mayoría de sport, los ministros subieron al escenario junto al camionero. Arriba ya estaban, mezclados entre dirigentes, otros diputados del Frente para la Victoria como Juan Carlos Dante Gullo y José María Díaz Bancalari y el senador santacruceño Nicolás Fernández. También se ubicó detrás el intendente de origen metalúrgico, Francisco “Barba” Gutiérrez, de Quilmes, y Martín Insaurralde de Lomas de Zamora. También se vio al secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina, al ex canciller Jorge Taiana, al dirigente del Movimiento Evita Emilio Pérsico, al legislador porteño Juan Cabandié y hasta el abogado de camioneros y ex juez Daniel Llermanos, entre otros.
Los ministros y funcionarios aplaudieron cuando se leyó la adhesión que envió la Presidenta desde Santa Cruz. Siguieron con atención el extenso discurso del líder de la CGT y volvieron a aplaudir cuando Moyano recordó el primer paro contra la dictadura y la resistencia en la etapa neoliberal que comandó Carlos Menem, cada vez que reivindicó los logros del gobierno kirchnerista y se sumaron al pedido de Moyano de que la Presidenta vaya por su reelección.
En cambio, estuvieron más recoletos cuando el camionero reclamó lugares para el movimiento obrero en la lista de candidatos y que el Congreso discuta el proyecto de la participación de los trabajadores en las ganancias empresarias. “El bloque oficialista apoya plenamente el proyecto de participación en las ganancias. Soy muy optimista”, dijo Recalde, el impulsor de la iniciativa en la Cámara baja. “No es un reclamo sino una propuesta de un sector de la política argentina”, soltó Boudou sin entrar en detalles. El ministro de Economía fue uno de los funcionarios al que se lo vio disfrutar más del acto y uno de los últimos en bajarse del palco. Se besó, abrazó y posó para las fotos con Tomada, uno de sus rivales en la interna kirchnerista porteña (el senador Daniel Filmus no estuvo). Luego se quedó saludando desde el escenario junto a Cabandié. “Fue un discurso muy importante, muy reflexivo y, sobre todo, con una claridad sobre adónde está yendo el país y que no hay que cambiar el rumbo”, opinó Boudou al retirarse del acto cuando la desconcentración ya había alejado a los manifestantes del escenario.
“Fue una gran manifestación y un justo reconocimiento a los trabajadores por medio del secretario general de la CGT, Hugo Moyano, al esfuerzo de Néstor Kirchner, y ahora, de Cristina Fernández”, afirmó Scioli tras el acto cegetista, buscando despejar la idea de cualquier cortocircuito con el camionero, que también conduce al peronismo bonaerense.
“Me parece muy bueno que el movimiento obrero reivindique todas las medidas de este gobierno que favorecieron a los trabajadores”, dijo Randazzo a Página/12 al evaluar el acto. “Hay que aceptar que se dé el debate, no nos asusta. Al contrario, nos parece bien que, en un mundo donde se restringe el trabajo y achican los mercados internos, la Argentina discuta este tema”, sostuvo el ministro sobre el proyecto que impulsa la CGT para que los trabajadores participen de las ganancias de las empresas.
Al ministro político tampoco lo sorprendió el reclamo de Moyano por cargos para el movimiento obrero. “Es una cuestión histórica. El movimiento siempre les dio participación a los trabajadores en las listas de candidatos y se los va a seguir dando”, afirmó Randazzo a este diario. “Los trabajadores son los que generan la riqueza y por lo tanto deben tener naturalmente la posibilidad de administrarla y decidir cómo se distribuye”, había remarcado Facundo Moyano, pasando en limpio el reclamo de su padre.
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