“Nosotros no hemos proscripto al justicialismo. El que lo está haciendo es Luis Barrionuevo”, aseguró a Página/12 el gobernador de Catamarca por el Frente Cívico y Social (FCyS), Oscar Castillo. La frase hace referencia a la acusación que Barrionuevo lanzó contra Castillo y la justicia local que el gastronómico considera adicta.
El actual mandatario cumple un rol importante en la campaña. Es el encargado de enfrentarse con Barrionuevo mientras Eduardo Brizuela del Moral hace silencio y recorre la provincia. Castillo reconoce que son altas las posibilidades de que mañana se produzcan incidentes. Si bien está convencido de que cualquier disturbio perjudica al senador del PJ, no dejó pasar la oportunidad de hablar con el ministro del Interior, Jorge Matzkin, a quien le solicitó que “frenen a Barrionuevo”. La respuesta que obtuvo no es de las más alentadoras, el ministro le dijo que era conveniente “suspender los comicios”.
Más allá de la respuesta del Ejecutivo nacional, el gobernador está convencido de que el gastronómico “se está ahorcando” en la soga que él mismo construyó: “Siempre supo que no cumplió con los requisitos de la Constitución”, dijo, para luego asegurar que la desesperación que hoy parece destilar el candidato del PJ se debe fundamentalmente a que aquellos de los cuales esperaba una ayuda, como la Corte Suprema, “lo han dejado solo”.
Más allá de que mañana pueda haber problemas, Castillo está convencido de que algo bueno puede salir de la crisis que vivirá el PJ. Ya decidió convocar para el día después de los comicios a todas las fuerzas políticas. Con ellas pretende acordar políticas de gobierno que se concretarán en la larga transición hasta diciembre, cuando se realice el traspaso de mando. No lo dice, pero su estrategia apunta a debilitar a Barrionuevo a pesar de que sostenga que la convocatoria será amplia y “si él quiere participar, que lo haga”.