El gobierno acusó a Ricardo Cirielli, titular del gremio de técnicos aeronáuticos (APTA), de atentar contra Aerolíneas Argentinas. En un reportaje con Página/12, el dirigente sindical se defendió con el argumento de que su gremio no realizó ninguna medida de fuerza. A su vez, reclamó mayores inversiones dentro de la compañía.

–¿Cuáles son los reclamos que están motivando las medidas de fuerza de su gremio?

–Primero habría que aclarar que es falso que estemos haciendo paro. En realidad, la semana pasada hubo inconvenientes con varios aviones que no pudieron volar, sumados a otros que estaban en tierra para las inspecciones regulares. En total, el 40 por ciento de la flota de larga distancia estaba parada. Lo que nosotros sí decimos es que faltan inversiones, pero no hacemos paro por eso. Los aviones que no salieron fueron por problemas técnicos. Hace diez días le enviamos una carta a Mariano Recalde (presidente de Aerolíneas), en donde le dijimos que si el Gobierno invertía el 3,5 por ciento del total de recursos que ya destinó a la compañía, ya se podrían haber construido dos hangares, un banco de pruebas para motores y para los equipos electrónicos. Si están molestos por eso, no es nuestro problema. Si Aerolíneas no se vuelve eficiente y rentable, jamás saldrá adelante.

–El Ejecutivo considera que ustedes realizaron medidas de fuerza disfrazadas y anunció que irá a la Justicia para que les quiten la personería jurídica. ¿Cuál será su argumentación?

–La misma que aplicamos en 2001, cuando la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, nos quería sacar la personería. En ese momento, quien nos defendió fue la actual viceministra de Trabajo, Noemí Rial. Así que utilizaremos nuevamente sus argumentos.

–Usted dice que no se hacen inversiones, pero entre 2010 y 2011 aumentaron las frecuencias de los vuelos y la cantidad de pasajeros en un millón de tickets vendidos, además de la incorporación de aviones nuevos.

–Hace tres años que no vemos un balance. Si en realidad la gestión es tan eficiente, deberían hacer públicos los números de la compañía. Los 20 aviones Embraer que entraron para Austral fueron pagados a través de un préstamo del Bndes de Brasil y el resto por el Estado. Pero para Aerolíneas Argentinas, puntualmente, siguen manteniendo una flota antigua, hay aviones tirados en Ezeiza, por los cuales se sigue pagando un alquiler. Eso es ineficiencia.

–Hace una semana, el titular del gremio de los pilotos, Jorge Pérez Tamayo, también le envió una carta a Recalde criticando la gestión. Ahora se suma su gremio. ¿Fue una acción coordinada?

–Hace bastante que no hablo con Pérez Tamayo y la última vez que lo hice fue para cuestionarlo. Desde APTA, hace más de 30 años que abogamos por una aviación más eficiente y hoy vemos que se están cometiendo muchos errores, por capricho quizás, y que si no se corrige el rumbo, fracasaremos todos.

–¿Cuál sería el rumbo equivocado?

–La equivocación no sé si ponerla directamente en la gestión de Recalde, pero diría que son unos improvisados, al menos su equipo de colaboradores. Por ejemplo, (Axel) Kiciloff, que si bien puede ser un brillante economista, no sabe nada de gestión. E ideológicamente tiene ideas liberales. Cuando quiere llevar su discurso a la práctica, es un neoliberal más.

–¿La puja sindical dentro de Aerolíneas involucra cuestionamientos hacia La Cámpora?

–Yo no me meto en la parte ideológica. No soy anticamporista o pro Cámpora. Para que Aerolíneas sea exitosa, debe ser eficiente.

–¿Cuál cree que podría ser la solución al conflicto?

–Como ya dije, mayores inversiones. Recalde se puede quedar, pero tendría que tener un proyecto en serio. La aviación es un negocio complejo. LAN tiene ganancias y los salarios de los técnicos son mejores que los de Aerolíneas. La diferencia está en que ellos no pierden plata.