EL PAíS • SUBNOTA
Víctor Bronstein *
Las últimas medidas aplicadas por el Gobierno apuntan a desarmar el sistema de subsidios y modificar el esquema vigente, que podría caracterizarse como de brocha gorda. Se subsidiaba a todos por igual. La justificación de este esquema tenía que ver con la emergencia social a nivel tarifario. Hace dos años se intentó avanzar en una readecuación asimilando los mayores consumos con un mayor poder adquisitivo, pero quedó demostrado que esto no era así. Por ejemplo, hay sectores que no tienen acceso a la red de agua y tienen que utilizar bombas eléctricas, por lo que tienen más consumo que otros sectores. A partir del nuevo esquema quedará dividida la paja del trigo, pero el Estado deberá estar más presente. Durante la década de 1990, las privatizadas realizaron muy pocas inversiones en infraestructura, a pesar de tener tarifas en dólares. Por eso ahora será el Estado quien deba marcarles el terreno a las compañías para que amplíen los servicios.
* Especialista en energía.
Pedro Busetti *
El tema de fondo en relación con los subsidios pasa por los cuadros tarifarios que se aplican. Hay que llevar adelante un análisis de las tarifas, cómo se van a ajustar una vez que no tengan los recursos del Estado. Esto debería hacerse con audiencias públicas y de cara a la sociedad. Los usuarios deben pagar tarifas trasparentes y justas. La última audiencia pública fue en 2004 y terminó de aprobarse a las 2 de la mañana. Me parece que esto es lo relevante. Por eso no voy a opinar si está bien o no quitarles las trasferencias directas a los usuarios de Puerto Madero, Barrio Parque o los countries. Por otro lado, la metodología que quieren aplicar ya aparece como complicada. Se les quiere preguntar a los consumidores si necesitan el subsidio, cuando muchos de ellos no entienden de qué se trata. Muchos reciben la factura, ven que aparece una mención hacia los subsidios, pero no tienen idea de dónde vienen esos recursos. Me parece perfecto que se quiera segmentar, pero hay que encontrar la manera de hacerlo. Esta idea de ir calle por calle o por barrio podría traer más complicaciones que soluciones.
* Deuco.
Alberto Muller *
Por los últimos anuncios del Gobierno, me da la impresión de que se está haciendo todo muy rápido. No me parece que haya un gran apremio fiscal como para apurarse en la readecuación del sistema de subsidios. Mi horizonte de mínima sería de tres años. Además, creo que se encaró por la vía opuesta. Es decir, se podría haber mejorado el sistema que se intentó implementar el año pasado, donde los usuarios que más consumían pagaban más. Es decir, una disminución de subsidios por tramos de consumo y no entrar en el complejo escenario de las declaraciones juradas. La realidad demostró que la tarifa pesa poco en los consumos, es decir, se consume más energía, más allá de que exista un programa como el Puree, que apunte a premiar a los que menos consumen. Por eso digo que la readecuación debería ser más gradual, mejorando la metodología que se intentó aplicar. Por ejemplo, hay muchas familias que usan medidores en conjunto, esto generaba una distorsión en los cálculos. Obviamente acá está incidiendo una cuestión política que va más allá de los análisis económicos.
* Plan Fénix.
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