Según los Moyano, la cita para cerrar la paritaria camionera en el 25,5 por ciento escalonada se acordó el miércoles 20, para acortar el paro, y también asistiría el ministro de Trabajo Carlos Tomada. Agregan que Tomada canceló su participación porque la presidente ordenó cortar todo contacto con los camioneros, que firmaron el acuerdo sólo con los patrones. En el Ministerio de Trabajo lo niegan y sostienen que nadie tenía mayor interés que Tomada en abortar la protesta, que presionaron todo lo posible al empresario Luis Morales para que mejorara la oferta. Los patrones se resistían porque con la sintonía fina este año perdieron el subsidio soñado por todo empresario, que cubría la totalidad de las cargas sociales que pagan. En el gobierno nacional hay quienes piensan que las asignaciones familiares debieron haberse actualizado hacia abril, como el año pasado, y quienes creen que lo más lógico fue postergar el reajuste hasta el cierre de las paritarias, tal como se hizo durante la última década. En el primer caso un aumento del 15 al 20 por ciento en las asignaciones y en el piso de ganancias, hubiera implicado que un aumento paritario del 22 por ciento significara en la práctica una mejora del 25 por ciento. Pero unos y otros desmienten que los trabajadores que ganan más de 5200 pesos mensuales no reciban la asignación, ya que la compensan con los descuentos por cada hijo en su declaración del impuesto a las ganancias. La única franja gris es la de quienes perciben entre 5200 y 5800 pesos, que es el mínimo no imponible para la cuarta categoría. Su solución es simple. “Y Moyano lo sabe”, concluyen los funcionarios.