Aunque no tenga relación directa con el conflicto político de estos días, el gobierno nacional apoya un proyecto de gestión integral de residuos que producirá energía eléctrica a partir de los gases de combustión producidos por la incineración de la basura. Esta práctica ya se realiza en varios países de Europa en el marco de sus políticas de producción de energías renovables y la semana pasada el Instituto Nacional de Tecnología Industrial firmó un convenio con la provincia de Mendoza para replicarlo allí. El Proyecto de Valorización Energética de Residuos Sólidos Urbanos (Proyecto Versu) será una alternativa a los rellenos sanitarios y basurales a cielo abierto. Con el apoyo del Fondo Argentino Sectorial del Ministerio de Ciencia y Tecnología nacional, el INTI construirá un prototipo de procesamiento de 10 toneladas de basura por día, compatible con la generación de residuos de una población de entre 17 mil y 20 mil habitantes. El proyecto se llevará a cabo en el departamento sanjuanino de Sarmiento, que posee 19 mil habitantes, y está presupuestado en 30 millones de pesos, subsidiado en un 50,25 por ciento por el Estado (el INTI y la empresa de energía, la Secretaría de Ambiente y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de San Juan) y solventado el resto por pymes locales. El proceso en la planta consta de tres etapas: secado, combustión y post-combustión. Cuando la basura llega a la planta se separan los elementos aprovechables (vidrios, plásticos, metales). Los desechos restantes, de elevado contenido de agua se secan en una cámara y luego pasan a un horno de combustión rotativo. La corriente gaseosa generada por la combustión alimenta un generador de energía eléctrica movido por una turbina a gas. Los “gases de escape” de esta turbina producen vapor para alimentar otro grupo generador movido por otra turbina. Una vez finalizada esta etapa, los vapores de combustión se lavan en una cámara de gran volumen para eliminar dioxinas y furanos. Así, el sistema Versu promueve el reciclado y reduce hasta a un 5 por ciento el volumen de los residuos, ya que hasta las cenizas producidas en la incineración pueden ser utilizadas como material en obras públicas de pavimentación; produce energía eléctrica suficiente para su funcionamiento y un remanente que quedará a disposición de cada municipio; tiene un costo final estimado 20 por ciento inferior al sistema de relleno sanitario; y evita la contaminación de la tierra con efluentes que perjudican las napas de agua y la emisión de gases tóxicos a la atmósfera. Según el INTI, este prototipo servirá de referencia para desarrollos futuros en ciudades de mayor población, como las del conurbano bonaerense, donde con mayor inversión podrán construirse redes de plantas en paralelo

Informe: Adrián Vigna.