EL PAíS
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Otras voces
- Marta Maffei, titular de Ctera: “Fue un maestro que jamás renegó de su profesión. Defendió a la educación pública y las reivindicaciones del sector sindical. Planteó al frente de Ctera una estrategia original, como fue la construcción de un sindicalismo asentado en la construcción del consenso apoyado por todos los trabajadores. La fuerza estaba en el consenso y no en una figura. Nada lo pudo quebrar. Fue un defensor de los derechos humanos. Alfredo fue un compañero”.
- Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo: “Recuerdo cuando comenzó su lucha en el gremio de los docentes, que era un gremio muy flojo, en el que pocos teníamos conciencia de la lucha. Lo volví a encontrar como compañero de ruta en la lucha por los derechos humanos. Era un hombre íntegro. Fue siempre coherente con sus ideales políticos y sociales. Aparte del dolor y el vacío por su ausencia, nos deja su ejemplo de vida”.
- Martín Balza, ex jefe del Ejército: “Se ha perdido un gran hombre y un ciudadano ejemplar, un hombre imbuido de un gran espíritu republicano y respetuoso de las instituciones y de los derechos del hombre y del ciudadano, alguien que no sólo trabajó por la democracia sino que sufrió persecución durante la dictadura militar por ser consecuente con sus ideales. Me merece el mejor de los recuerdos”.
- Aníbal Fernández, ministro del Interior: “No lo conocí, no hablé nunca con él y mi concepto de Alfredo Bravo es el mejor. Cada vez que lo escuché, aunque no tenía una formación cercana al peronismo, ha sido un hombre de enorme respeto y esto lo digo con mucho dolor; me parece que el país ha perdido un gran hombre”.
- Rubén Giustiniani, diputado nacional: “Alfredo nos enseñó muchas cosas, era un maestro. Tenía esa simpleza de las cosas de la vida para dar conceptos muy profundos, esa inquietud de militancia permanente. Fue un gran ejemplo para todos. Haber sido candidato presidencial fue para él su mayor responsabilidad y a su vez una especial satisfacción”.
- Aníbal Ibarra, jefe de Gobierno porteño: “En esta nueva etapa que estamos comenzando en la Argentina, la convicción con la que defendía sus ideales y la coherencia entre sus dichos y sus actos deben permanecer en la memoria colectiva como piezas fundamentales para construir una nación basada en los valores de la honestidad y la decencia”.
- Graciela Fernández Meijide, ex diputada nacional: “Todo el tiempo, su vida fue testimonio. Siendo funcionario de Educación, cuando el gobierno (de Raúl Alfonsín) determinó la ley de obediencia debida, él se opuso. Le costó y renunció a la función. Mucho después fue elegido diputado y desde su banca participó en muchas leyes y proyectos de ley, siempre con el signo de la defensa integral de los derechos humanos”.
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