EL PAíS • SUBNOTA
Los abogados de Abuelas de Plaza de Mayo pidieron ayer penas de trece años de prisión para un matrimonio procesado por la apropiación del hijo de los desaparecidos Liliana Pereyra y Eduardo Cagnola y once años para la entregadora del bebé, en el alegato final del juicio oral que se sigue a los tres ante el Tribunal Oral Federal 4. Los acusados José Ernesto Bacca y Cristina Mariñelarena “tenían un pleno conocimiento” de que el bebé que recibieron en 1978 era hijo de desaparecidos y durante 30 años ocultaron su identidad, hasta que un análisis genético develó que quien fue inscripto como Hilario Bacca era en realidad el bebé que dio a luz en la ESMA Liliana Pereyra, sostuvo el alegato de los abogados Luciano Hazán y María Inés Vedia. El bebé recién nacido fue entregado al matrimonio por Inés Lugones, esposa del fallecido represor Guillermo Minicucchi, quien conocía y tenía amistad con Bacca y Mariñelarena y sabía que tenían problemas para tener hijos, precisó la querella. Para Lugones se pidió once años de cárcel, al darse por probado que su marido Minicucchi le avisó del futuro nacimiento de un bebé, dos meses antes del parto de la secuestrada, y ella anticipó a Bacca y Mariñelarena que recibirían una criatura. Apenas nacido, el niño fue entregado por Minicucchi a su esposa, quien lo retuvo en su domicilio particular varios días para luego darlo al matrimonio que lo inscribió falsamente como hijo biológico, según la acusación.
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