Las modificaciones propuestas por el gobierno para el régimen de monotributo sembró más dudas que certezas. El aumento de la contribución mensual del orden de los 20 a 25 pesos para las categorías inferiores y en una cifra aún superior para las mayores difícilmente ayude a revertir la tendencia al incumplimiento de los monotributistas, en muchos casos por incapacidad de pago. Por otro lado, la plausible creación de la figura del “contribuyente eventual” quedaría limitada a un reducido universo de trabajadores de oficios mal remunerados (no abarcaría a los profesionales) y con la condición de que no estén incorporados actualmente al sistema. Con buenos argumentos, especialistas que pidieron reserva de su nombre arriesgaron que “tal como están planteados, los cambios desalientan la inscripción de los monotributistas: parece más un plan para promover la evasión que para combatirla”.
La reformulación del régimen contempla los siguientes puntos:
- Reducción, para los prestadores de servicios, del tope de facturación para estar contemplado en el régimen, que pasa de 144 mil a 72 mil pesos anuales. Los que estén por encima, deberían encuadrarse como responsables inscriptos.
- Quedarán afuera del régimen las sociedades de personas (unipersonales), con lo cual desaparecen los aportes patronales por vía del monotributo (hasta dos empleados en las categorías superiores).
- Se incrementarán los aportes en todas las categorías. En las dos más bajas (0 y 1) la suba sólo afectaría a los aportes previsionales, hoy de 33 pesos, que pasarían a 50 o 60 pesos mensuales. Las categorías superiores recibirían incrementos mayores.
- Incorporación de la figura del “contribuyente eventual” para trabajadores sin continuidad en su tarea y que no superen una facturación de 12 mil pesos anuales. Las facturas correspondientes serían entregadas directamente por la AFIP y el que contrate al contribuyente le retendrá el 10 por ciento de su valor.
- Derogación de la figura del “responsable no inscripto” en el IVA, opción que sólo quedaba vigente en la actualidad para profesionales.
Estas modificaciones al régimen estarán incluidas en proyectos de leyes que el Ejecutivo enviará al Congreso, incluida la modificación en el monto de los aportes, según aclaró ayer Roberto Sericano, titular de la DGI.
No obstante los objetivos enunciados, hay un amplio espacio para dudar de que las medidas elegidas sean las más eficaces. Las propias autoridades de la AFIP, con su titular Alberto Abad a la cabeza, reconocen que sobre un millón seiscientos mil contribuyentes inscriptos sólo el 30 o 40 por ciento paga sus aportes regularmente. En muchos de estos casos, se presume que la falta de pago se debe a la incapacidad contributiva del inscripto. Subir los aportes no haría más que agravar ese cuadro de situación, exponiendo a muchos contribuyentes “en el límite de sus posibilidades” a sumarse a los incumplidores.
Otro punto criticado por los especialistas, pidiendo reserva de su identidad, es la eliminación del aporte patronal por hasta dos empleados por vía del monotributo. “Era una forma barata de blanquear personal, ahora se volverá a la práctica de tenerlos en negro”, señaló sin demasiadas vueltas una ex funcionaria de la DGI, con amplia experiencia en prácticas tributarias. Apenas un muestrario, por ahora, de que las buenas intenciones no siempre van acompañadas de las mejores soluciones.