¿Cómo ve el avance de la causa sobre algunos integrantes de Ledesma?

–Hay un aspecto fundamental cuando se habla de la Justicia, de cómo actúa o cómo debe hacerlo o cómo había aspectos que hasta ahora no se habían tocado, como los temas civiles, económicos, financieros que rondaron o estuvieron en la base o coadyuvaron en la consumación del golpe de Estado o de la represión. No es imputable a jueces o fiscales no haberlo hecho antes. Es decir, una investigación cuando se inicia tiene una serie de actos o prioridades que el juez tiene que consolidar y llega un momento que esa consolidación da paso a otras cosas. Yo lo he hecho a lo largo de 24 años cuando investigaba a organizaciones terroristas como la ETA, primero miras los hechos materiales, luego los apoyos económicos, luego más adelante la cohesión política, hasta hacer una generalidad para confrontar a una organización en toda su complejidad. Aquí es lo mismo. Te encuentras con un tema como el caso Ledesma, como (Carlos) Blaquier y es lógico que se investigue si ese establecimiento comercial o industrial fue usado o alguien lo usó o sirvió para la represión y hechos muy graves, o personas que trabajaron ahí fueron sacadas, eliminadas, torturadas, hay que investigar si hubo relación de causa-efecto. Y si realmente hay una relación, es ilícito en su desarrollo y en tanto se pruebe qué benefició o qué soporte ha tenido, hay que tomar las medidas correspondientes. Evidentemente, si no se produce la verdadera reparación. Así que el juez hace lo que debe de hacer. ¿Qué sucede? Que hay mucha gente que creía que esto de investigar en la Justicia iba a ser referido a los señores mayores, militares, que ya todo el mundo conocía, pues claro que ellos no estuvieron solos. Hubo una financiación, hubo unos apoyos, entonces eso es lo que hay que investigar.