EL PAíS
• SUBNOTA › DISTINTAS POSICIONES EN LA COMITIVA SOBRE EL CVS
La primera interna del Gobierno
› Por Fernando Cibeira
Si algo se había prometido Néstor Kirchner era que su gobierno no mostraría peleas internas. Tan es así que derogó las reuniones de gabinete, cuestión de evitar chismeríos y pase de facturas. Por eso, la diferencia de opiniones en torno de la aplicación del CVS lo tomó desprevenido en medio de la gira europea, con la cabeza metida en otros asuntos. Al Gobierno le cuesta encontrar una respuesta única a la cuestión y aún aquí, cerca del Presidente, se pueden escuchar criterios opuestos. “Está bien, a mí me gusta la pluralidad. Un gabinete de bobos no quiero”, dicen que comentó Kirchner.
La cuestión acaparó la atención de los medios en Buenos Aires y generó más calor en las ya de por sí calurosas calles parisinas por las que circularon los funcionarios del Gobierno. El vicepresidente Daniel Scioli y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se habían mostrado a favor de buscar una solución alternativa al bendito índice, mientras que el ministro de Economía, Roberto Lavagna, se apresuró a salir en la defensa de la sigla. Ayer en París hacía un chiste adelante del Presidente en el hall del Hotel Crillón. De fondo se escuchaba a una mujer tocando el arpa. “Un colaborador me dijo que teníamos que aplicar el índice CQPP: ¿Cuánto querés pagar, papá?”. Lavagna decía que había lobbies poderosos operando contra el Gobierno.
“Acá quieren hacer creer que subir los sueldos es malo. Que cobrar más perjudica a la gente. Parece que no les gusta que suban los costos laborales”, ironizaban cerca del Presidente, en referencia al aumento que disparó el índice que regula el aumento de los créditos hipotecarios. Kirchner no quería decir que estaba en contra del CVS, sólo argumentaba que era una cuestión que estaba en manos de los diputados.
Sin embargo, dicen que cuando habló del tema con Lavagna se mostró a favor de sostenerlo. “Los bancos aceptaron la tasa que le pusieron los diputados. Si comprometimos a los bancos con A, ahora no les podemos decir que tienen que cobrar B”, ejemplificó. También que había considerado un tanto desafortunadas las afirmaciones del presidente en ejercicio Scioli.
Con todo, uno de sus hombres políticos más cercanos no pensaba lo mismo. “El que se equivocó fue Lavagna. Si ve que Scioli sale hablando para un lado y el jefe de Gabinete también, él tiene que darse cuenta cómo viene la mano”, decía en el mismo hall, sólo que unos minutos después y unos metros más cerca de la mujer del arpa. “El índice es impracticable. Hubo algunos que advertimos que tenían que tener cuidado con esto pero Economía no nos dio bolilla y siguió en la suya”, añadía.
Indice o no índice, lo cierto es que el tema mostró la primera fisura en el Gobierno y hasta se habló de una interna entre el ala política y el ala económica, una disputa transversal que no sabe de gestiones ni de tiempos históricos. En principio, Kirchner, que centraliza todas las decisiones de su gestión, parecía dispuesto a volcarse junto a los políticos pero ayer se mostró más inclinado a lo económico. Estuvo buena parte del día con Lavagna y juntos festejaron que el gobierno francés enviara una misión económica que encabezará el ministro Francis Mer dentro de un par de semanas para cerrar nuevos negocios en la Argentina, pese al default, las tarifas congeladas y las internas.
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