EL PAíS
• SUBNOTA › PATRICIA WALSH, EL VALOR DE LA INSISTENCIA
“El resultado de la lucha”
Desde febrero del 2002, la diputada Patricia Walsh viene reclamando sesiones especiales para declarar la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Nunca hubo quórum. En el mejor de los casos no sumaban más de 60 legisladores. La insistencia tuvo su resultado. Algo cambió y también con el cambio del peronismo el grito en soledad terminó siendo escuchado por las mayorías.
–¿Qué significa la anulación de las leyes de impunidad?
–Bueno, es el resultado de una larguísima lucha. Que la Cámara de Diputados resuelva la nulidad de estas normas la entiendo como el resultado y el avance de una larga lucha de las organizaciones de derechos humanos, estudiantiles, barriales, gremiales y de los partidos políticos de la izquierda. De todos aquellos que los 24 de marzo en el todo el país nos manifestamos en la calle. Así le torcimos el brazo a la impunidad.
–¿Qué les contestaría a todos aquellos que basándose en una interpretación jurídica quieren mantener todo como está?
–Utilizar las brillantes argumentaciones jurídicas para mantener la impunidad es realmente un problema. Muchas veces uno se siente molesto por preguntar si el problema no es que los genocidas están en las calles y en libertad. Cuando nos hablan de seguridad jurídica nos surge la inquietud de preguntar a qué seguridad jurídica hacen referencia. Creo que no se trata de temas jurídicos sino de respuestas políticas.
–Muchas veces le tocó hablar en soledad ante la indiferencia de los bloques mayoritarios. ¿Cómo se siente hoy?
–Me siento reconfortada y especialmente agradecida a los diputados nacionales de diferentes bloques, mayoritariamente mujeres, que me acompañaron desde febrero de 2002 cuando este proyecto era calificado de testimonial. Para muchos era una locura ante la relación de fuerzas que hay en la Cámara. De hecho soy la única representante de Izquierda Unida, y lo presentó mi bloque pero siempre con una intencionalidad transversal para que todos aquellos que lo firmaran tuvieran el lugar y el derecho como para defenderlo. Por eso se sostuvo con tanta fuerza y convicción. Entendíamos que respondía a la voluntad mayoritaria del pueblo argentino.
–¿Cómo entiende la posición del radicalismo, a pesar de que Raúl Alfonsín les escribió que no se sentiría ofendido si se anulaban las leyes?
–Para mí es imposible ponerme en la cabeza de los radicales y sólo puedo comprender el coraje de la diputada radical Margarita Stolbizer o de Carlos Courel, que también presentó un proyecto propio y de Ricardo Vázquez. Son pocos. La actitud del resto me parece inexplicable, que se escudan en argumentos jurídicos cuando esto es un tema absolutamente político.
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