- Otro más: A primera hora de la mañana solamente tres radicales estaban dispuestos a anular las leyes de impunidad. Eran Margarita Stolbizer, Carlos Courel y Carlos Iparraguirre. A medida que el debate crecía, la suma de radicales que no se disciplinaban al bloque era mayor. La presión interna pudo más que los argumentos de los otros bloques. El santafesino Iparraguirre festejaba el crecimiento de este sector, tanto como los goles que muy de vez en cuando le obsequia Unión de Santa Fe. “Hay otro más”, repetía Iparraguirre cada vez que convencía a uno de sus correligionarios. “Lástima que la votación no fue nominal porque éramos casi diez los que votábamos por la nulidad”, señaló al final de la sesión.

- Rico en fuga: El rango constitucional a la Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad necesitaba el respaldo de los dos tercios del total del cuerpo. Eso implicaba el respaldo de unos 173 diputados. Como no se había llegado a esa cantidad de presentes, la sesión comenzó con la nulidad de las leyes. Eso sí, no bien el tablero superó largamente esa cifra, el titular de la Cámara, el bonaerense Eduardo Camaño, interrumpió al salteño Juan Manuel Urtubey para someter el proyecto a votación. Cuando los aplausos que festejaban la decisión dominaban el recinto, se pudo ver cómo María del Carmen Rico se ausentaba rápidamente para no respaldar el tratado internacional. Antonio Ubaldo Rattin y Miguel Jobe, enrolados con el eléctrico subcomisario Luis Patti, no levantaron sus manos para apoyar la iniciativa.

- Año verde: Emocionados, los diputados, que abandonaban el recinto luego de que se votara la nulidad de las leyes de impunidad, no podían dejar de abrazarse. “El diario de mañana es de colección. Con la nulidad de las leyes, con María Julia en cana, con el juicio político a Moliné O’Connor esto va a parecer Argentina año verde”, comentó el arista Eduardo Macaluse. ¿Quién dijo que no se puede?”, repetía Walsh. ¡Que hermoso día, que hermoso!”, decía con mucha emoción el tucumano Ricardo Falú.