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• SUBNOTA › LA INGENIERA EMPEZO A ESTUDIAR EL EXPEDIENTE
La cárcel de Ezeiza acecha
Durante su primer día presa dedicó gran parte de su tiempo a la lectura del sumario que contiene la investigación penal por la que quedó detenida. Encerrada en una celda de dos por dos, la polifuncionaria menemista María Julia Alsogaray analiza su estrategia. La principal posibilidad que baraja es no pelear por su excarcelación sino ir directamente al fondo de la cuestión, recurriendo a la Cámara Federal para pedir que revoque la prisión preventiva que le dictó el juez Rodolfo Canicoba Corral por “peculado”. Lo que quizá no sabe María Julia es que si su detención es confirmada tendrá que cumplir la condena en una cárcel de mujeres, como lo aseguró ayer Canicoba Corral.
Tras su noche inaugural, María Julia recibió sus primeras visitas. De 14 a 18, como está establecido para los días lunes, miércoles y viernes, la ingeniera pudo disfrutar de su hijo Alvaro Erize, quien más temprano, en declaraciones a Radio Diez, había dicho que su madre es una “perseguida política” y que “el Gobierno presiona a los jueces”.
Otra de las personas que se acercó a la celda de dos por dos fue su abogada, la defensora oficial Perla Martínez de Buck, con quien discutió los pasos a seguir. Como parte de su estrategia, la ex funcionaria no pediría la excarcelación, como sí lo hizo su peluquero Enrique Kaplan, a quien el fiscal de la causa ya se la rechazó. En cambio, la idea de María Julia es apelar directamente la prisión que le dictó Canicoba Corral por presunto fraude al Estado. En relación con su traslado, y a pesar de que su abogada había adelantado el martes que pediría que la lleven “a un lugar que reúna las condiciones adecuadas”, la funcionaria habría decidido no solicitar su mudanza.
La ex funcionaria es la única mujer en el pabellón de la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal. Quizá por eso, hasta que ella llegó el baño de damas era utilizado por los diez hombres que se alojan en el lugar. Sin embargo, tras su reclamo, las autoridades resolvieron rápidamente la cuestión y a partir de ayer María Julia ya no lo comparte con nadie. “La celda es de medida escasa, con muebles bastante espartanos”, detalló el juez. “No es tan presa VIP como han sido otras personas”, opinó.
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