EL PAíS
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¿Que se vayan todos?
› Por Irina Hauser
“Y si se va Duhalde, ¿después qué?”, se ha repetido la pregunta en los últimos días en más de una asamblea. Algunos caceroleros han planteado el temor a un golpe de Estado, otros se dicen desesperados por no saber a quién votarían en caso de elecciones, y hay quienes apuestan a que una nueva dirigencia no tradicional surja de las propias asambleas barriales.
El debate político se vuelve denso y en algunos grupos ha surgido la necesidad de revisar la consigna “que se vayan todos”, o de dotarla al menos de un contenido específico. Para todo esto se establecen reuniones especiales y en algunos casos convocan especialistas que los instruyan. “Nosotros estamos analizando si preferimos elecciones a presidente o asamblea constituyente, tendremos una jornada para eso el 9 de marzo”,cuenta Romina del Cid Campeador. Los vecinos de Saavedra se reúnen con otros asambleístas de Belgrano y Núñez para debatir “qué se puede hacer para modificar la estructura de la política argentina”, señala Jorge Cappas. La gente de Flores-Sur tiene su reunión “sobre política” los sábados, y la lista de ejemplos es interminable. Entretanto, hay asambleas que buscan establecer instancias de interacción con sindicatos, piqueteros y desocupados. El desafío organizativo es enorme, y empieza a coexistir con un fantasma: las patotas que ya comenzaron a actuar en el conurbano alentadas por intendentes duhaldistas para desarticular los cacerolazos, con resultados sangrientos como ocurrió en Merlo.
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