EL PAíS
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Una carrera política
Por H. V.
En 1955, Bignone fue designado por la denominada Revolución Libertadora veedor militar en la comisaría 20ª de la Capital. En 1964 redactó la orden de derrocamiento de Arturo Illia “en su parte técnico operacional”. Esos fueron los primeros peldaños de una carrera política que culminaría como dictador en 1982. En 1984 fue procesado por el juez Carlos Oliveri por la desaparición en 1976 de los soldados conscriptos Mario Molfino, Luis García y Luis Steimberg. Los también conscriptos del Colegio Militar que él dirigía, Sergio García, Hugo Carballo y Juan Britos declararon que luego de ser secuestrados y torturados fueron introducidos al despacho de Bignone, quien les pidió disculpas, les explicó que se había tratado de un error, que ya habían encontrado a quienes buscaban y los compensó con una licencia hasta la baja. En el caso de García, el error fue por homonimia. Bignone quedó en libertad en 1987 por las leyes de impunidad del ex presidente Raúl Alfonsín. También fue acusado por convertir el Hospital Alejandro Posadas de Ramos Mejía en un centro clandestino de detención. Desde 1999 está detenido y con prisión preventiva dictada por el ex juez federal Adolfo Bagnasco y ampliada por el juez federal Jorge Urso, como coautor mediato de los delitos de sustracción, retención y ocultación y sustitución o supresión de estado civil de los bebés alumbrados en cautiverio por las mujeres detenidas-desaparecidas bajo la dictadura.
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