EL PAíS
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Capuchas
Por H. V.
En 1985, el ex dictador Alejandro Agustín Lanusse declaró como testigo en el juicio a las Juntas Militares, acerca de las desapariciones de su prima, Elena Homberg Lanusse, y de su colaborador, Edgardo Sajón. Interrogado por los jueces de la Cámara Federal, narró una discusión que sostuvo en la guarnición Campo de Mayo con su jefe y subjefe, los generales Santiago Riveros y Benito Bignone. “El general Riveros pretendió recriminarme o retarme por mis manifestaciones públicas de repudio contra los procedimientos por izquierda, agregando que gracias a ellos yo vivía. Le dije: hay oportunidades en que es preferible no vivir, general Riveros. Además usted no tiene jerarquía ni atribuciones como para pretender indicarme a mí cómo debo proceder. Los ánimos se caldearon entre ambos y el general Bignone, propio de su personalidad e idiosincrasia, pretendió mediar con muy poca felicidad por cierto y dijo: mi general, yo hasta el año pasado pensaba como usted, ahora he cambiado de forma de pensar. Lo lamento, general Bignone; con la misma franqueza le digo entonces que hasta el año pasado yo tenía un concepto del general Bignone y que ahora no lo mantengo, y además recuerdo que no sé si en la época suya pero sí en la época actual, que por ahí hay procedimientos ordenados en el Colegio Militar en los cuales algunos de los oficiales ejecutores salen encapuchados y eso lo hacen pasando por la guardia donde hay cadetes; y les pregunto a ustedes y les pido que reflexionen, no que me contesten a mí, si eso es una forma de educar a los oficiales del futuro.”
Nota madre
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