Lun 20.10.2003

EL PAíS • SUBNOTA

Cortes y acusaciones en la pulseada por las tarifas

El corte de agua ocurrido ayer en Capital y parte del Conurbano se suma a una larga lista de desencuentros entre el Gobierno nacional y las empresas privatizadas encargadas de suministrar los servicios básicos. Uno de los picos de ese conflicto se dio el 6 de agosto último, cuando luego de una interrupción del suministro eléctrico por parte de Edesur, que afectó a 400 mil usuarios en Capital y el Conurbano, el propio presidente Néstor Kirchner alertó a la población contra la posible utilización de este tipo de maniobras como un intento de arrancar al Gobierno un aumento en las tarifas. Aguas Argentinas aportó lo suyo un mes después, cuando dejó secas las cañerías de Capital y el Conurbano.
“Esperemos que el corte de luz de esta mañana no sea una actitud de presión, porque se estaría andando por muy mal camino. La gente tiene que estar alerta”, salió al cruce Kirchner, aquel 6 de agosto. Esa inusual reacción levantó la tensión del debate entre el Gobierno y las empresas privatizadas, que desde entonces se vio alimentado por más cortes, críticas y versiones cruzadas. Todo en el marco de la dura batalla por la revisión de los contratos de concesión por un lado y el reclamo de un reajuste en las tarifas de los servicios, por el otro.
Frente a aquel apagón del 6 de agosto, Edesur prefirió no responder públicamente, y se limitó a dar las razones técnicas del problema. Según informó la empresa, la caída de tres torres de alta tensión en la localidad de Monte Grande, causadas por el robo de los perfiles que las sostenían, habría originado el corte de energía que “provocó la salida del servicio en 11 subestaciones”.
Menos de un mes después de este hecho, el 3 de septiembre, a mitad de la semana más de 6 millones de personas se quedaron sin suministro de agua durante 14 horas debido a que Aguas Argentinas decidió interrumpirlo sin aviso previo por la aparición de supuestas sustancias tóxicas en el Río de la Plata, lo que le valió severas críticas del Gobierno, que llegó a amenazar con la quita de la concesión a la empresa.
Lo que originó esta interrupción del servicio, según la concesionaria, fue la detección en la planta potabilizadora General San Martín, de Palermo, de un compuesto denominado fenol, que da mal sabor y olor al producto final de consumo, y que en grandes concentraciones puede resultar altamente nocivo. Pero estos argumentos no convencieron demasiado al Gobierno. Se dispuso entonces el inicio de una investigación para determinar si los fundamentos esgrimidos por AA justificaban un corte que fue calificado como “repentino, abrupto y unilateral”.
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, criticó en esa ocasión el accionar inconsulto de la empresa y señaló que un correcto “manejo de la emergencia hubiera permitido evitar la falta de agua en hospitales y escuelas”. A diferencia del corte de ayer, que en gran parte de la ciudad pasó inadvertido por ocurrir un domingo, el del 3 de septiembre fue a mitad de semana y, además de afectar a millones de usuarios, provocó la suspensión de las clases en varios establecimientos. Días después, un informe realizado por peritos en el marco de una causa abierta en la Justicia Federal, y que cayó en manos del juez Juan José Galeano, determinó que el agua “tenía olor y sabor” que la hacía desagradable para el consumo, “pero que no afectaba la potabilidad del líquido”. Entre el cuerpo de peritos que realizaron este análisis se encontraban expertos de Prefectura, de la Universidad de Buenos Aires, de la Policía Federal y de la propia empresa.
Aunque el Gobierno amenazó con sanciones, hasta ahora la empresa sólo recibió un apercibimiento. Sin embargo –aseguran en el Etoss–, aún se estudia la aplicación de una multa.
Por otra parte, el más reciente antecedente de interrupción de un servicio ocurrió hace apenas 4 días. El jueves de la semana pasada se produjo un nuevo apagón que dejó durante 15 minutos sin energía eléctrica a 380 mil clientes de Edesur y Edenor, en la ciudad de Buenos Aires. Según informaron en la primera de las empresas, la causa de este corte fue “unincendio intencional provocado por terceros debajo de las líneas de un sector ribereño del partido de Avellaneda”. Lo concreto fue que a las 13.49 casi toda la zona sur, centro y parte de la zona norte de la Capital vieron interrumpido el suministro. Esta vez el corte afectó al corazón del poder político: hasta la Casa Rosada se quedó a oscuras.
Una vez más, el Gobierno reaccionó con dureza. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, declaró en conferencia de prensa que era “muy raro” que luego de cada queja de las empresas tuviera lugar un nuevo corte. Es que el día anterior, voceros del sector energético habían manifestado públicamente que el sistema eléctrico estaba en “situación límite”.
Producción: Alfredo Ves Losada.

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