¿Considera factible la reunificación de las CGT tras las elecciones?

–Siempre es un objetivo la unidad del movimiento obrero como pilar de un proyecto de inclusión y justicia social. Ahora, la verdad es que para la unificación de la CGT es necesaria no solo la voluntad política de los dirigentes sindicales sino de los políticos que controlan las herramientas institucionales del Estado. Cuando se unificó en 2004 hubo voluntad de los dirigentes sindicales pero también del Estado nacional. En 2012 cuando se dividió hubo voluntad de los dirigentes sindicales pero también del Ejecutivo. Si en 2016 el sindicalismo argentino y los trabajadores quieren distribuir la riqueza y corregir cuestiones como la inflación, y si no se quieren conflictos sociales y sí acuerdos y políticas de Estado, creo que el movimiento obrero tiene que estar unificado. También hay que pensar en unificar bajo que consigna: si es para estar todos en primera fila de la Casa Rosada para aplaudir por supuesto que no.

–¿Piensa que con Scioli el sindicalismo se puede unificar?

–Realmente no lo sé. Si Sergio Massa llega a ser presidente, sí.

–Se presentó como amicus curiae ante la Justicia a favor de la postura de la CTA de los Trabajadores y a favor de la sindicalización de la policía. ¿Por qué?

–Porque creo que eso significa un salto cualitativo en la calidad de la seguridad para todos los ciudadanos. En Europa y en Uruguay existe la posibilidad de sindicalizarse en las fuerzas de seguridad. Sindicalización no significa huelga. Muchos asustan con lo que pasó con gendarmes y prefectos, y en 2013 con estos acuartelamientos que lamentablemente llevaron a que haya 13 muertos. Si hubieran existido instancias institucionales para discutir condiciones de trabajo y salario eso no hubiera llegado a ese punto.